En La Raya/ OPINIóN
Ery Acuña Meneses/ (((Monitor sur))) Miércoles 29-Abril-2015
En Chiapas existen 164 mil niños que tienen que trabajar para sobrevivir. La cifra del INEGI es más cruel: indica que eso representa casi al 10 por ciento de la población total de niños en Chiapas, que es de 2 millones.
Si uno de esos niños tuviera que trabajar por mejorar la calidad de vida ayudando a la familia, o emprendiendo un negocio propio, vaya, sería hasta ideal para la estimulación de su desarrollo.
Pero la mayoría lo hace porque tiene que comer, que comprar útiles para la escuela, etc… ¿O ya se le olvidó el niño Feliciano (o Manuelito, como quiera llamarlo) de Chamula, aquel pequeñito que fue humillado en Tabasco cuando vendía chicles y cigarros por las calles soñando en comprar sus útiles escolares, como se conoció en un video que se hizo famoso en las redes sociales?
Es en verdad vergonzoso darnos cuenta que existen –cifras oficiales del INEGI– 65 mil niños que no van a la escuela porque tienen que trabajar. Es decir, 65 mil niños que están peor, incluso, que Feliciano o Manuelito, porque ellos no pueden ni siquiera ir a la escuela.
Qué triste que el Estado –es decir, el Gobierno principalmente, pero también la sociedad, los maestros, los empresarios, las organizaciones, etc…—no pueda reconocer que es necesario construir una política de Estado, que sea incluso una meta de Gobierno: “Ni un solo niño más sin escuela y vida digna”.
Que los niños exploten de felicidad todos los días, y que el Estado asuma su responsabilidad de festejar a la gran mayoría de los niños en condiciones de felicidad real y permanente…. no solo por un día.
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