México, D.F., 1 de marzo de 2015 (Círculo Digital).- En el PAN se pelean, abundan trampas electorales y muchos ven sólo su interés; son degeneraciones dentro del partido fundado por Gómez Morín, que se arreglarían con generosidad de sus dos bandos.
En parte eso se debe a la mesnada de advenedizos buscachambas que invadió al PAN al acceder al poder, sin convicciones y dispuestos a todo para escalar; aparecieron también el nepotismo y otros vicios.
Cuantos panistas –o que se dicen- sabrán que cuando los debates en asambleas y consejos nacionales, entre los fundadores y grandes tribunos: Gómez Morín, González Luna. Estrada Iturbide, Preciado Hernández, Herrera y Lazo, Cosío y Cosío, Calderón Vega, González Torres, Chritslieb Ibarrola, González Hinojosa y demás, prevalecía al final la generosidad:
Quienes lograban menos votos en esas disputas los cedían a los vencedores en aras de la unidad y para empujar puntos y candidatos al triunfo.
La convicción y olvido del interés personal lo mostraron tantos que aceptaban candidaturas a sabiendas de que el gobierno les birlaría sus triunfos y, si acaso, aceptaría unos cuantos.
Largo tiempo la lucha electoral panista fue testimonial, para sembrar y extender el partido en el país. “Hay que mover las almas”, decía Gómez Morín.
Fue sonado cuando el gran luchador Salvador Rosas Magallón (que peleó la gubernatura de Baja California en 1956 y llegó hasta la Suprema Corte en busca de que se le reconociera el triunfo, sin éxito) se entecó en la disputa de la candidatura presidencial de Pablo Emilio Madero en 1975, le escamoteó sus votos y evitó fuera el abanderado albiazul contra el priísta López Portillo.
Por eso JLP no tuvo contrincante y bastaba su sólo voto para ganar la Presidencia; no se reconoció a Valentín Campa de candidato, pues lo lanzó el Partido Comunista que no tenía registro oficial.
Se dijo en Baja california que D. Salvador le hizo un favor a Roberto de la Madrid, amigo de López Portillo, quien lo hizo gobernador, pues era su amigo y le había prometido hacerlo procurador de estado; pero no le cumplió.
A calderonistas y maderistas, que hoy pelean el control del PAN, les falta generosidad.
Felipe debió conformarse con haberlo manejado a su antojo desde Los Pinos, contra la tradición partidista que criticaba al PRI por ser un apéndice de la Presidencia y tener un gerente de jefe aparente.
Vimos que impulsó a Ernesto Cordero para candidato presidencial y, al ser derrotado por Josefina Vázquez Mota, le invadió su campaña con corderistas: Roberto Gil Suarthz, su exsecretario particular, de jefe y su cuñado Juan Ignacio Zavala, de asesor, entre otros.
Los evidentes errores en la campaña, empujaron a Josefina y al PAN al tercer lugar de votación, en beneficio de Peña Nieto.
Felipe había quitado de líder de los senadores panistas a Santiago Creel, puesto por Manuel Espino por prerrogativa estatutaria, y nombró a Gustavo Madero, que le fue fiel y aun lo lanzó, originalmente, al liderato nacional del PAN; mas, al sospechar que podía independizársele lanzó a Gil Suathz, a quien no le alcanzaron los votos.
Madero se negó a imponer a Cordero de candidato presidencial; pero cuando perdió ante Josefina no impidió que sobotearan la campaña de ésta.
En este sexenio hubo rebelión de senadores calderonistas cuando Madero removió a Cordero de coordinador; saltó la pugna de los bloques, se entregaron malas cuentas en la fracción y Juan Ignacio Zavala tenía $142.oo mensuales de sueldo como asesor en comunicación y renunció al PAN porque tardará 18 años en volver al poder, según declaró.
Hoy Zavala fue operador político en Nuevo León de Rafael Moreno Valle, gobernador poblano, para hacer candidata a la gubernatura de Nuevo León a Margarita Arellanes, alcaldesa de Monterrey; por eso Madero le retiró su apoyo y empujó de candidato a Felipe de Jesús Cantú, al ver la traición de Margarita, a quien él había proyectado.
En mala hora Madero se alió con el poblano (y aun puso gente suya en el CEN del PAN) pues al ver éste que Gustavo puede disputarle la candidatura presidencial para 2018 prefirió jugarle las contras, asesorado por Max Cortázar, el exvocero de Felipe en Los Pinos, quien durmió a Rafael con el cuento de que llevó al triunfo al candidato Calderón Hinojosa.
Cuánto interés auténtico por la suerte del PAN les falta a ambos bandos, que lo escindieron y cuánta generosidad, en bien del partido, de la democracia y de México.
Vaya forma de torpedear la lucha iniciada por Gómez Morín, González Luna, Estrada Iturbide y sus demás próceres.
Ejemplo de generosidad dieron Josefina Vázquez Mota y Margarita Zavala, al ofrecerse a apoyar la campaña del candidato gobernador de Nuevo León, Felipe de Jesús Cantú, pese a que a la primera le arruinaron su campaña y la segunda no fue candidata a diputada plurinominal. (Con información de analisisafondo.com)
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