Agencias / MonitorSur, CIUDAD DE MÉXICO .- Si te hablamos de baloncesto en Estados Unidos, indudablemente pensarás en la NBA. Y sí, la competición en la que participan grandes franquicias como los Lakers, los Celtics, los Bulls y compañía es la que, sin duda, reúne más jugadores de alto nivel. Pero eso no significa necesariamente que sea la que tiene más tirón popular.
Semejante honor debe discutirlo con otro torneo que fuera de Norteamérica pasa más inadvertido, pero que para el público local es tan importante o más: la NCAA. Estas siglas corresponden a National Collegiate Athletic Association, que se puede traducir como Asociación Nacional Deportiva Universitaria, y hacen referencia a las ligas que disputan los equipos representativos de las incontables entidades educativas superiores que hay repartidas por el territorio. Quizás porque el público las ve como equipos más cercanos tanto dese el punto de vista geográfico como del social, o que su carácter amateur (al menos sobre el papel) da más imagen de deporte «puro» y no tan mercantilizado; el caso es que, por extraño que nos resulte al otro lado del Atlántico, los aficionados son muy numerosos, muy fieles y muy fanáticos.
De ahí que la fase final de la División I, la categoría más alta, acapare buena parte de la atención de la audiencia norteamericana. Y más teniendo en cuenta que, precisamente para favorecer esto, la estructura del campeonato haga que casi todos los partidos se acumulen en pocos días durante estas fechas, en lo que se ha venido a llamar March Madness (literalmente «la locura de marzo»). Todo esto es razonablemente comprensible teniendo en cuenta la idiosincrasia estadounidense; lo que cuesta un poco más asimilar son las consecuencias tangenciales. Como por ejemplo, que esta avalancha de encuentros genere incrementos de hasta el 50 % en la cantidad de operaciones de vasectomía que se practican.
No es una suposición: las clínicas que se dedican a este tipo de tratamiento a lo largo y ancho del país lo tienen estudiado. De hecho, lanzan ofertas especiales para incitar a pacientes potenciales a que aprovechen este periodo para someterse a la intervención. Incluso han aprovechado para inventarse un nombre comercial que da mucho juego: Vas Madness.
Por si no estás familiarizado (en este caso permítenos hablar en masculino), la vasectomía es un método anticonceptivo bastante popular por su carácter prácticamente definitivo y su alta eficacia, si bien no pocos hombres son un tanto reacios a aplicarlo porque requiere una intervención quirúrgica. Consiste en cortar y atar los conductos deferentes, unos pequeños tubos que comunican los testículos con la uretra, impidiendo así que los espermatozoides lleguen a mezclarse con los fluidos que forman el semen. Se consigue así que siga habiendo eyaculación y que las relaciones sexuales no se vean afectadas, pero que (casi) desaparezca el riesgo de que se produzca fecundación.
El tratamiento, aseguran los urólogos, es muy sencillo y prácticamente rutinario, se hace en apenas cinco minutos en la mayoría de los casos, pero requiere anestesia local y algunos días de recuperación, limitando al máximo los movimientos y aplicando frío en la zona afectada. Precisamente de eso se han valido los responsables de las campañas promocionales de las clínicas. Si por prescripción médica hay que quedarse en casa tirado en el sofá, qué mejor momento que cuando hay un gran acontecimiento deportivo que disfrutar en directo.
Es justo el argumento que dan los médicos: someterse a una vasectomía permite dedicar dos o tres días a no hacer nada más que ver la televisión «sin remordimientos», ya que la causa está más que justificada. Y si además coincide con que la programación de la televisión es una sucesión casi continua de baloncesto universitario, todo el mundo sale ganando. Algunas clínicas incluso han llegado a acuerdos con establecimientos de comida rápida para proporcionar a sus clientes cupones de descuento en la entrega de pizzas y hamburguesas a domicilio. Hay clínicas que regalan camisetas y bolsas de hielo con el logo del equipo favorito del paciente.
Algunos galenos eran al principio un poco reacios a asociar su trabajo con el espectáculo deportivo, ya que les parecía un tanto frívolo. Pero, tal como cuenta el doctor Doug Stein en ESPN, «no hay un solo problema en el mundo que, de una manera u otra, no tenga algo que ver con el control de la población. Así que, oye, sea Vas Madness, sea la NCAA, sea regalando camisetas… todo lo que ayude me parece bien».
El fenómeno viene registrándose desde hace ya unos cuantos años, si bien en 2020 la pandemia del coronavirus, que justo comenzó a nivel global en esas fechas, impidió que la campaña de ese año pudiera lanzarse. Ahora en 2021 se ha recuperado; habrá que esperar unas semanas para que los urólogos comuniquen si ha funcionado tan bien como en épocas anteriores. Es de suponer que sí, ya que la presente edición del campeonato se podrá seguir casi exclusivamente por televisión: por motivos logísticos todos los encuentros se disputarán no repartidos por el país, como es tradicional, sino en pabellones de un mismo estado (el de Indiana) y además con limitaciones de aforo del 25 %.
Porque el March Madness de esta temporada ya está funcionando: comenzó el día 18 y está previsto que dure hasta el 5 de abril. En estas dos semanas y media se deben jugar, en total, 67 partidos para determinar al ganador. Es difícil predecir quién será el triunfador final porque uno de los puntos de interés es que se juega a eliminación directa desde el principio, sin fase de grupos, lo que da pie a numerosas sorpresas. Si sirve de referencia, los ganadores de la última edición disputada, la de 2019, fueron los Cavaliers de la universidad de Virginia, quienes contaban en plantilla con nombres como Kyle Guy (hoy en los Sacramento Kings de la NBA), Ty Jerome (Oklahoma City Thunder) o De’Andre Hunter (Atlanta Hawks).
Con información de la agencia ‘EFE’.
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