Por: Daniel Pensamiento/ InsurgentePress/Ciudad de México.- El fenómeno del bullying ha convertido las escuelas en trampas mortales. Quienes lo juegan no saben si son culpables o inocentes. Es un mal que consumen seis mil vidas anuales en medio de batallas de injusticia en el País.
Es un fenómeno para el que no existe un remedio capaz de borrar de la memoria el daño que causa ni un marco legal para sancionar a los responsables.
Los especialistas dice que los tiempos han cambiado, que el mundo ha cambiado, y que los niños han inventado nuevos juegos o están inmersos en el ciber-espacio en el que muchos son condenados sin saber por qué.
Según cifras oficiales del Gobierno federal una de cada seis víctimas de bullying en las escuelas de nivel básico termina en suicidio y no existe una cura para cerrar esa profunda herida.
No es un mal anclado en una isla de la pobreza, es un fenómeno incubado en todas las esferas sociales que ha encontrado mayor eco entre alumnos—niños y adolescentes— de instituciones públicas y privadas, que han transformado el camino de la alegría del éxito en un pozo de zozobra para sus víctimas.
Las cifras fatídicas han colocado a México en el primer lugar de esa práctica entre los 34 países que forman parte de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), sin que una respuesta oficial para enfrentar el bullying.
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