Agencias / MonitorSur, XALAPA, Veracruz .- Es una realidad que aunque el riesgo de catástrofe en México ya sea por sismos o huracanes es muy alto, el país mantiene uno de los niveles de aseguramiento más bajos entre economías similares y, por supuesto, en comparación con economías de primer mundo.
Según el último Reporte de Inclusión Financiera de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV), la penetración de los seguros en el país es de apenas el 2.3%, en comparación con Colombia, que maneja un 2.7%; Brasil, con el 4%; Chile, con el 4.7%; Estados Unidos, con 7.3% y Japón, con un 9.5%.
Asimismo, dentro del mercado asegurador mexicano, el seguro de daños sin automóviles representa apenas el 16% del total, cuando el seguro de vida tiene una participación del 43% y el de seguro de autos, un 21%.
Entre los principales factores que limitan la aceptación de los mexicanos al seguro de daños está la percepción de que es muy complicado demostrar las afectaciones y que éstas sean cubiertas por la aseguradora; que este tipo de seguros están lejos del poder adquisitivo de la mayoría de los mexicanos y a que, en muchas ocasiones, las personas desconocen sus beneficios y dónde contratarlos.
Ante ello, la insurtech Súper.mx ha desarrollado un seguro de daños paramétrico que buscaría reducir la brecha de contratación de este segmento del seguro respecto a otros productos y familiarizar a más mexicanos con los beneficios de contar con alguna cobertura que los auxilie en caso de daño por terremoto.
Los seguros paramétricos son aquellos que se ejecutan cuando se cumplen parámetros establecidos desde un inicio en la póliza, y no están supeditados a que existan daño en la propiedad y no aplican deducibles.
Tradicionalmente se han aplicado para daños por terremoto, huracanes, inundaciones y heladas, y se ofrecen principalmente a gobiernos y a organizaciones no gubernamentales.
De acuerdo con Darío Luna, presidente y cofundador de Super.mx, este tipo de seguros permite un pago del daño de manera fácil y expedita (en un periodo no mayor a 30 días), ya que no requiere de la evaluación de un ajustador ni que el asegurado compruebe los daños.
Super.mx es una de las primeras insurtech que está llevando este modelo de seguro al usuario en general, y a través de una prima que va de 70 a 100 pesos mensuales, el asegurado obtiene una protección de hasta 500,000 pesos anuales para cubrir uno o varios siniestros por sismo.
La cobertura se pone en marcha una vez que el sismo sobrepasa cierto nivel de intensidad, que estará determinado dependiendo la zona en que se ubique el inmueble y que estará debidamente establecido en la póliza del contratante.
Luna explicó que con este seguro puede cubrirse, por el momento, cualquier edificio de la Ciudad de México, sin importar el año de construcción ni si existe daño por un sismo previo, y puede ser contratado tanto por el dueño del inmueble como por el arrendatario.
Luna afirmó que el producto no sólo es sencillo de comprender para la mayoría de los usuarios, sino que además puede adquirirse a través de un teléfono celular, lo que lo hace aún más accesible para el grueso de la población.
Destacó que el 40% de los contratantes que tienen al momento -iniciaron con la comercialización del producto en marzo pasado- son usuarios de primera vez y otros están combinándolo con un seguro tradicional de daños.
Indicó que en la primera etapa su producto sólo se comercializa en la Ciudad de México, pero antes de que finalice el año buscarán llegar a otras urbes y poblados de los estados de Oaxaca, Chiapas, Morelos, Puebla, Baja California y Guerrero.
Además, buscarían llevar el modelo de seguro paramétrico a otro tipo de coberturas, como es la de enfermedades específicas como el covid-19, o para cubrir necesidades de pequeños negocios.
Participación del sector asegurador en el sismo de 2017
Tras el sismo del 19 de septiembre de 2017, alrededor de 56,000 asegurados reportaron una reclamación a las aseguradoras, es decir, casi 20% del total de pólizas vigentes por daño.
Sin embargo, para que las coberturas pudieran ejecutarse, las aseguradoras necesitaron de un ajustador para determinar la validez y monto de cada reclamación, y para ese momento sólo había 700 ajustadores registrados ante la Comisión Nacional de Seguros y Fianzas (CNSF), por lo que capacidad de procesar los pagos se vio comprometida.
Esto derivó en que, 16 meses después de los sismos, sólo el 60% de las reclamaciones se hayan resuelto, y muchas no favorecieron a los asegurados.
Asimismo, se generó una fuerte decepción entre algunos asegurados que contaban con una póliza atada a una hipoteca y que con el sismo descubrieron que ésta beneficiaba solamente a la institución que otorgaba el crédito.
De acuerdo con la Asociación Mexicana de Instituciones de Seguros (AMIS), en México sólo 26.5% de las casas cuentan con un seguro de vivienda/hogar, y de éstos, sólo 6.5% corresponde a seguros voluntarios y 20% están ligados a un crédito hipotecario.
Con información de la agencia ‘The Associated Press’.
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