Agencias / MonitorSur, CIUDAD DE MÉXICO .- El regreso de los blockbusteres a los salas está a la vuelta de la esquina. En el mundo del cine es un hecho que se palpita, las fechas se están confirmando y, a priori, parecen inamovibles. Todos los estudios tienen películas guardadas en el baúl de la pandemia, superproducciones con potencial de arrasar en taquilla o que costaron tantos millones que venderlas al streaming no era una opción viable. Sin embargo, uno de esos estudios sigue con la estrategia de apostar por su plataforma en el momento que los cines piden desesperados la llegada de esos refuerzos en forma de taquillazos. En el momento que la exhibición tradicional vislumbra el regreso a cierta normalidad.
Y ese estudio es Disney que ahora apuesta por lanzar Jungle Cruise, una de sus mayores superproducciones, de esas con todas las papeletas para arrasar este verano en la taquilla mundial, también en Disney+.
Hace unas semanas supimos que la casa del ratón Mickey mantendría la estrategia iniciada con Mulán de estrenar producciones con coste adicional en Disney+ pero, añadiendo el lanzamiento en simultáneo en las salas de cines. De esta manera, Cruella y Viuda Negra llegarían finalmente a las salas y a la plataforma en formato de Acceso Premium, al mismo tiempo, el 28 de mayo y 9 de julio respectivamente. Mientras que lo nuevo de Pixar, Luca, se conforma con ir directo al catálogo online y sin coste adicional el 18 de junio (un hecho que enfadó a unos cuantos empleados del estudio de Toy Story al sentirse menospreciados).
El estudio explicó aquel anuncio como un reflejo del objetivo que tenían a la hora de ofrecer diferentes opciones al consumidor, dando respuesta a las nuevas preferencias de la audiencia que, efectivamente, se ha ido afianzando más hacia el formato streaming a raíz de la pandemia. Incluso, es probable que estemos creando nuevas generaciones de espectadores cuya preferencia de visionado sea el streaming antes que los cines.
Que optaran por seguir testeando el formato con Cruella y Viuda Negra es comprensible. La primera es un producto familiar que encaja perfectamente en el formato streaming de la empresa, y la segunda cuenta con el apoyo de la fidelidad de los marvelitas en la taquilla global, mientras el resto de espectadores escoge su mejor opción. Tampoco podemos olvidar que, como sociedad, estamos en pleno proceso de adaptación y son muchos los que todavía pueden vivir el miedo en las calles. Ofrecer las dos alternativas da un alivio inicial a los cines mientras los usuarios se adaptan en estos primeros meses de transición mientras nos acercamos a la inmunización.
Sin embargo, el último anuncio me ha desconcertado. Dwayne Johnson sirvió de portavoz oficial de la compañía al anunciar a través de redes sociales que su película de aventuras, Jungle Cruise, aterrizará en cartelera y en Disney+ con acceso premium el próximo 30 de julio. No obstante, esta película sí que tiene los ingredientes necesarios para ser un bombazo de taquilla, para convocar a generaciones diferentes y pasar un espectáculo con sabor a blockbuster en la butaca de cine. Pero Disney ha optado por mirarse el ombligo y seguir afianzando un modelo de negocio que se encamina a cambiar para siempre la experiencia de exhibición tradicional.
Al igual que Piratas del Caribe, Jungle Cruise está basada en una de las atracciones del parque temático Disneyland. Se trata de un proyecto que estuvo mucho tiempo en desarrollo, al menos, desde 2004 y a lo largo de sus diferentes etapas llegó a contar con Tom Hanks y Tim Allen como protagonistas repitiendo ese dúo infalible que crearon con sus voces en la saga de Toy Story. Es decir, siempre fue una producción con miras a atraer y ser un bombazo.
Dwayne Johnson se subió al barco en 2015 y además de protagonista, también sirve de productor. Lo cierto es que la cinta lleva tiempo terminada. Se rodó a mediados de 2018 en Hawái y Atlanta y estaba previsto que se estrenara en octubre de 2019, para luego ser retrasada al verano de 2020 pero quedar en el limbo durante un año por culpa de la pandemia de Covid-19.
Estamos ante una producción con todos los ingredientes para arrasar y darle a los cines el tipo de películas que necesitan para recuperar el negocio: esas que atraen a diferentes edades -desde pequeños, a familias, fans de La Roca y amantes de los blockbusteres-, que cuentan una historia cargada de aventuras sin obligarnos a esforzarnos demasiado. Los primeros tráileres ya pronosticaban una apuesta de escapismo asegurado. Una especie de relevo de Piratas del Caribe que tan bien le hará a la exhibición tradicional tras un año de pérdidas.
Pero al decidir su lanzamiento simultáneo en Disney+ con coste adicional, la compañía incentiva el consumo online de sus productos recibiendo ella sola los beneficios y reduciendo, así, el número de espectadores dispuestos a trasladarse hasta las salas. Podemos comprender que todavía existe temor entre ciertos usuarios, que algunos no están preparados para volver a los cines y que ciertos mercados están viviendo nuevas olas del virus. Y que, por ende, el lanzamiento en Disney+ puede ser necesario para suplir esa demanda. Sin embargo, ¿por qué no hacerlo más tarde una vez que los cines hayan podido aprovechar la oferta?
Es decir, estrenar en simultáneo hace que la estrategia sea más fácil para Disney sin tener que dividirse tanto en el control de todos los territorios. Pero, también hace que sus propias arcas y el testeo de su estrategia sean más primordiales que ayudar al mantenimiento del cine tradicional. Por ejemplo, Warner Bros. ya reculó en su decisión de estrenar en simultáneo en cines y su plataforma tras recibir un aluvión de críticas, y solo seguirá esta táctica a lo largo de los próximos meses, retirando la opción a partir de 2022 cuando los cines tendrán el privilegio limitado de exhibición previa antes del lanzamiento en plataforma.
Pero Disney está optando por otro camino. Uno que permite inflar sus arcas y afianzar la nueva tradición de ver cine en casa. Y digo tradición porque es así cómo están formándose las nuevas generaciones de usuarios. Deadline publicó que la decisión final fue tomada teniendo en cuenta los mercados que todavía tienen los cines cerrados, pero soy de la opinión que Disney bien podría haber dado prioridad a la exhibición tradicional con Jungle Cruise al ser una película con sabor a taquilla, con estrellas que sirven de imán infalible como son Dwayne Johnson y Emily Blunt, y una historia veraniega de aventuras. Al menos podrían haber dejado el estreno premium en Disney+ en los países donde no tengan cines abiertos, e incentivar la exhibición tradicional en los territorios que sí lo están y donde estaremos viviendo el periodo de blockbuster veraniego que tanto echamos de menos en 2020.
Es cierto que, al final, todo depende del espectador. Disney ofrece la opción contentando a los dos polos opuestos del consumo, sin embargo siguen abriendo la puerta a ese cambio definitivo que tanto temieron los académicos de los Óscar, Steven Spielberg y muchos más. Un cambio que, como cinéfila empedernida, me hace temer la desaparición de una tradición que lleva más de un siglo acompañándonos. Porque los cines necesitan los blockbusteres para sobrevivir el último año, pero si los espectadores se quedan en casa viendo Jungle Cruise... ¿qué será de ellos tras este verano?
Con información de la agencia ‘EFE’.
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