Agencias / MonitorSur / BARCELONA .- Desde detrás de los grandes ventanales de la residencia de ancianos del Centre Parc de Barcelona, los residentes mandan besos, dan abrazos virtuales y hablan con sus seres queridos al otro lado del cristal a través de sus teléfonos móviles.
Las restricciones a las visitas en la residencias de mayores siguen en vigor en toda España, que se enfrenta a un resurgimiento de las infecciones por COVID-19, aunque para las visitas, la interacción presencial periódica supera con creces la experiencia de solo ver a sus parientes a través de una pantalla de computador.
«Ya no ven una pantalla, ya no ven un cuadradito, ellos ven realmente cómo está su familiar», dijo el director de la residencia, Eduardo Badia.
Las visitas en persona están permitidas, pero sólo ocasionalmente, y se realizan en el jardín de la residencia para ayudar a los visitantes a respetar las reglas de distanciamiento social.
Una mujer de 89 años sonríe mientras hace gestos al perro de sus vecinos, que han traído para que lo vea a través del cristal en la planta baja de la residencia.
«Contenta por un lado pero frustrante por el otro», dijo Cristina, de 68 años, después de ver a su madre de 94 años, que ha sobrevivido al coronavirus.
Para Cristina, cada día se hace más difícil al no tener el contacto cercano que tenía antes de la pandemia, cuando podía visitar a su madre todas las noches.
«Cada vez te cuesta más asimilarlo porque cada vez ves más lejos cuando vas a poder darle un beso o acariciarla», dijo.
España logró controlar en gran medida la primera ola de casos de coronavirus a través de un estricto confinamiento que finalizó el pasado junio.
Sin embargo, el país ha experimentado un fuerte aumento de las infecciones en las últimas semanas, lo que significa que se han vuelto a imponer algunas restricciones, incluyendo la limitación de las reuniones y el acceso a las residencias de ancianos. [nL8N2FX4RQ]
Aun así, los centros de mayores ya no son una fuente importante de nuevas infecciones, a diferencia de la oleada inicial en marzo, en la que muchos de los que murieron por COVID-19 eran residentes en estos hogares.
En la región de Cataluña, en el noreste de España, cerca del 90% de las residencias de ancianos no tienen casos, según datos de las autoridades sanitarias.
Con información de la agencia ‘Reuters’.
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