Agencias / MonitorSur, Ciudad de México.- Han pasado 107 años desde que el Titanic se hundió en la oscuras aguas del Océano Atlántico. Más de un siglo de convivir con los organismos marinos, el agua y la corrosión que hacen que quizá el naugragio más conocido de la historia se esté derrumbando de forma inexorable, desintegrándose en el fondo del mar.
Así lo ha constatado la última expedición dirigida por Victor Vescobo, CEO de Caladan Oceanic and Submersible pilot, (famoso por sumergir un robot en la Fosa de las Marianas y encontrar microplásticos incluso allí), que en mayo de este año volvía a visitar los restos del mítico barco, que llevaban 14 años sin ser molestados.
El Titanic, que descansa partido en dos a 600 kilómetros al sur de la costa de Terranova, se ha degradado considerablemente en los últimos años, particularmente cerca de las dependencia de los oficiales, que se encuentran a estribor. «La bañera del capitán es una de las imágenes favoritas entre los entusiastas del Titanic, pero ahora ya no está», afirma en un comunicado Parks Stephenson, historiador experto en el naufragio. «Todas las paredes de ese lado se están derrumbando, llevándose consigo los camarotes. Y ese deterioro continuará avanzando», explica en el adelanto del documental producido por Atlantic Productions grabado por primera vez en 4K.
Descubierto por primera vez en 1985, el Titanic se encuentra en dos bloques. Aún es visible la proa, lugar que utilizó James Cameron para la escena del «rey del mundo» con Leonardo DiCaprio en la recreó la historia del naufragio; sin embargo, la mayor parte del buque se encuentra en pésimas condiciones, a punto de colapsar, corroído y lleno de una especie de «estalactitas» de metal creadas por el óxido que le dan un aspecto aún más fantasmal al navío.
También la corrosión salina, las fuertes corrientes oceánicas profundas y los microbios con gusto por el metal están desplegando su acción en el Titanic, según señalan los expertos. Este «cóctel» es lo que está provocando que el mar «devore» literalmente al barco. «Continuará deteriorándose con el tiempo, es un proceso natural. Ese tipo de bacterias es una comunidad que trabaja en equipo para comer hierro y azufre, por eso cada vez es más rápido», afirma la científica del proyecto, Lori Johnson.
Una especie única entre sus microbios
Pero el Titanic sigue siendo especial incluso tras su hundimiento. En 2010 un equipo de investigadores encontraron que entre todos los microbios que trabajan en equipo por acabar con sus restos existe una especie única bautizada como Halomonas titanicae. Una colonia de estos seres microscópicos fue descubierta en un objeto recuperado de entre los restos del naufragio en 1991. Henrietta Mann, una de las investigadoras que describió la bacteria, predijo que los microbios podrían devorar la mayor parte del naufragio para 2030. Y esta última visita le está dando la razón.
En su primer y único viaje, el Titanic transportó a 2.224 pasajeros y tripulantes desde Southampton, Inglaterra, a Nueva York. El barco chocó contra un iceberg en la noche del 14 de abril de 1912 y se hundió en el fondo del mar a la mañana siguiente. Se estima que murieron 1,514 personas.
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