Agencias / MonitorSur, Ciudad de México.- Tras un lanzamiento perfecto el Mercury Composite Spacecraft (Nave Compuesta para Mercurio, MCS), que es el conjunto que forman el Mercury Planetary Orbiter (MPO), Orbitador Planetario de Mercurio de la Agencia Espacial Europea; el Mercury Magnetospheric Orbiter, Orbitador Magnetosférico de Mercurio (MMO) de la Agencia Japonesa de Exploración Aeroespacial; el MMO Sunshield and Interface Structure (MOSIF), un parasol para proteger al MMO durante la travesía; y el Mercury Transfer Module, Módulo de Transferencia a Mercurio (MTM), que básicamente contiene los motores y el sistema de guiado que llevará todo el conjunto hacia Mercurio, ya está en contacto con el control de la misión y sus paneles solares están desplegados.
Pero en este caso el lanzamiento era casi lo más sencillo: al MCS le quedan algo más de 7 años de viaje durante los que usará una asistencia gravitatoria de la Tierra, dos de Venus y siete de Mercurio para perder velocidad, además del trabajo que hagan sus motores de iones, para ir perdiendo velocidad y así poder entrar en órbita alrededor del planeta en enero de 2026.
Al final de este largo viaje de nueve mil millones de kilómetros, en el que habrá orbitado el Sol 18 veces, por fin se separarán los cuatro componentes del MCS, descartándose el MTM y MOSIF para que el Mercury Planetary Orbiter y el Mercury Magnetospheric Orbiter puedan empezar a estudiar Mercurio.
Ya tenemos el primer selfie de BepiColombo. Las cámaras incorporadas a las misiones no tripuladas están haciendo que casi sea ya habitual recibir autorretratos de los robots que exploran el espacio. El rover de la NASA Curiosity los manda de vez en cuando desde Marte, la sonda Rosetta, de la Agencia Espacial Europea (ESA), hizo lo propio durante su misión en el cometa 67P/Churyumov Gerasimenko y Bepi no iba a ser menos.
Un día después de que comenzara su aventura por el Sistema Solar tras el despegue en el Puerto europeo de Kourou, en la Guayana Francesa, la nave desarrollada conjuntamente por la ESA y la agencia espacial japonesa (JAXA) ha mandado a la Tierra su primer autorretrato, demostrando que está en buen estado y que ha desplegado adecuadamente los paneles solares que le ayudarán a llegar a Mercurio, su destino final, y a operar sus instrumentos.
La instantánea fue tomada por el Módulo de Transferencia de Mercurio (MTM, por sus siglas en inglés) y muestra (a la derecha) los paneles solares, que desplegó el sábado por la mañana, como confirmó las señales de telemetría. En la parte inferior, a la izquierda, aparece uno de los sensores solares del MTM.
El Módulo de Transferencia de Mercurio (MTM) es el componente que transporta las dos sondas que estudiarán Mercurio: la europea se llama Orbitador Planetario de Mercurio (MPO) y la japonesa se denomina Orbitador Magnetosférico de Mercurio (MMO). El MTM cuenta con tres cámaras que permiten captar fotografías en blanco y negro con una resolución de 1024×1024, según ha detallado la ESA en un comunicado.
Las otras dos cámaras serán activadas a lo largo del domingo y se espera que fotografíen el despliegue de las antenas de alta y media ganancia que lleva la sonda europea.
El objetivo es que estas cámaras mantengan informados a los científicos de la misión durante la fase de crucero hasta Mercurio, que se prolongará durante siete años y dos meses. El viaje de BepiColombo comprenderá nueve maniobras de asistencia gravitatoria o flybys (una en la Tierra, dos en Venus y seis en Mercurio) que le permitirán tomar impulso para llegar a Mercurio. En la Tierra, Venus y Mercurio.
Y es que el periplo de Bepi, una nave de 4.074 kilogramos, no ha hecho más que comenzar; por eso, pese a la satisfacción entre el equipo de la misión por el éxito del lanzamiento, de la correcta inyección en su órbita y del despliegue de los primeros componentes que se han probado los ingenieros se muestran cautos porque según subrayan, queda un largo viaje por delante, muchas maniobras complicadas por hacer e instrumentos que poner en marcha.
De hecho, la mayor parte de los componentes y soluciones aplicadas a esta sonda se prueban en el espacio por primera vez, pues han sido diseñadas específicamente para que pueda trabajar en el planeta Mercurio, sometido a temperaturas extremas y niveles de radiación que multiplican por 20 los que hay en la superficie terrestre.
La sonda MPO también lleva a bordo una cámara de alta resolución pero sólo podrá empezar a operar una vez se haya separado del Módulo de Transferencia. Esa maniobra de separación se producirá cuando llegue a Mercurio, en diciembre de 2025.
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