Juan Pablo Penilla Rodríguez: Lograr retener y atraer el talento es una de las grandes preocupaciones de los directores de recursos humanos. En este proceso, el salario emocional se convierte en una de las claves para que los empleados se decanten por una u otra empresa. Es por eso que el director ejecutivo de Up Spain, Olivier Bernon (Burdeos, Francia, 1973), considera fundamental que las compañías incorporen medidas como las que ofrece la marca que dirige, el conocido Cheque Gourmet. Sin embargo, este no es el único producto, ya que también cuentan con cheques para las guarderías y el transporte público. Recientemente han incorporado una tarjeta para simplificar la gestión de los gastos en los que incurren los profesionales en el desempeño de sus funciones, como, por ejemplo, los viajes de trabajo.
“Beneficios como estos atraen porque los trabajadores ya saben que van a entrar en un sitio donde se preocupan por los empleados”, justifica Bernon, quien, tras un periodo en la Marina francesa y 18 años trabajando en el grupo, llegó hace tres temporadas a la filial española. Afirma que su gestión es muy colaborativa, entre otras cosas, por su condición de extranjero. “Yo no soy el que más conoce el país, los clientes o la economía, por eso construyo los planes estratégicos junto con mi comité de dirección”, reconoce el directivo. “No creo en el éxito individual, el triunfo de un director ejecutivo siempre es mérito de su equipo”, insiste.
Bernon también asegura que Up es una empresa en la que los beneficios sociales no acaban en los productos que comercializan, sino que están muy presentes en el día a día de la compañía. Por ejemplo, la sociedad original, la filial francesa, es una cooperativa y los beneficios que obtiene cada año se reparten a partes iguales entre todos los empleados. “El mismo porcentaje para el director ejecutivo que para un asistente”, comenta Bernon. En España no funcionan de esta manera, aunque sus trabajadores sí disfrutan de sus propios productos. “Somos nuestros principales clientes”, bromea el directivo, que trabaja en un espacio austero, con una sencilla mesa y una amplia ventana que le da alegría a la estancia. Poco más necesita para trabajar.
No ve al táper como un competidor porque los restaurantes cada vez optan más por la comida sana. “No creo que este contribuya al bienestar de los empleados, ni te ayuda a compartir buenos ratos con los compañeros. Además, comer rápidamente de un táper no te permite disfrutar bien del respiro que yo considero necesario durante una jornada laboral”, dice. Asimismo, se enorgullece de que los beneficios de sus productos no se limitan a las empresas con las que trabajan, sino que crean todo un circuito que contribuye a la economía. “Por cada 40 usuarios, generamos un puesto de trabajo en el sector de la hostelería”, concluye.
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