A días de que se cumpla la prórroga emitida por la Junta de Conciliación y Arbitraje, el “aún” Secretario General del Sindicato de Empleados Administrativos de la UNICACH, Carlos Farfán Martínez, hace caso omiso del acuerdo 003/2020 del Pleno de la Junta Local, en donde se estipulan 45 días naturales, a partir del 2 de octubre, para emitir la convocatoria para el cambio de directiva.
Esto con la complicidad del rector Rodolfo Calvo Fonseca, un hombre bañado en excesos y saqueos a la universidad con la complicidad, precisamente, de un hombre clave: Carlos Farfán Martínez, Líder del SEAUNICACH.
Lo cierto es que a unos días de que se venza el plazo, Farfán Martínez sigue aferrándose a las mieles del poder y escudándose en la pandemia del Covid-19, argumentos que ha usado para aplazar la convocatoria a la asamblea para elegir a su sucesor, tal y como lo marcan los estatutos del SEAUNICACH.
Con inhumano oportunismo, Farfán Martínez se aprovechó de la pandemia para incrustar a su familia y allegados con sueldos altos y pagos confidenciales en la nómina de la UNIACH, con el aval, claro está, del rector Calvo Fonseca, quien también cuenta con esas mismas manías.
Farfán Martínez debió dejar el cargo desde el 26 de junio de este año, cuando le fue notificado la toma de nota emitida por la Junta de Conciliación y Arbitraje del Estado de Chiapas.
Sin embargo, por aquellas fechas, el líder del SEAUNICACH, se escudó en que por la pandemia se encontraban imposibilitados de celebrar el proceso de elección.
Eso ha provocado molestia entre los trabajadores de la Universidad porque recientemente la esposa del aún líder Carlos Farfán, Ariadna Santiago, recibió una plaza base de Investigador de Tiempo Completo Titular A, con un jugoso sueldo de 23 mil 800 pesos, más una confidencial por 10 mil pesos.
Otra de las jugarretas fue incrustar a su sobrino, José Carlos Roque Farfán, con una plaza de Bibliotecario B, con un sueldo de 9 mil 445, más una confidencial por 5 mil pesos.
Carlos Farfán Martínez cobra una suma mensual de más de 60 mil pesos, sin importarle la crisis por la que pasa la casa de estudios, ni de los derechos de los trabajadores, a quienes les dio la espalda.
Farfán pasó de ser defensor de los trabajadores a enriquecerse de manera estrepitosa, a través de chantajes a las autoridades, incluso la última con una huelga en la UNICACH, para sacar provecho económico.
Para un amplio sector de los trabajadores, Farfán no representa nada para los trabajadores, se convirtió en cómplice de las atrocidades de Calvo Fonseca, y por eso, piden, tiene que irse no solo del sindicato, sino de la Universidad.
Según fuentes dignas de crédito, Farfán intenta alargar su periodo hasta el 2021, con la anuencia de su protector Calvo Fonseca, violando así la Ley Federal del Trabajo.
La pregunta es: ¿Hasta cuándo se permitirán más atropellos a los trabajadores de la UNICACH? Aún faltan muchas dudas y misterios, pero ya se aclararán.
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