Agencias / MonitorSur / Ciudad de México.- Para analistas del sector eléctrico, la entrega de las plantas hidroeléctricas en desuso de la extinta Luz y Fuerza del Centro (LyFC) a la cooperativa LF Centro es un regalo.
A pesar del desuso de algunos centros por más de seis años, las 14 plantas hidroeléctricas, que serán operadas por el Sindicato Mexicano de Electricistas (SME) son activos de gran valor por su ubicación, ingeniería civil y la infraestructura asociada que reducirá el costo de operación cuando arranquen, comparada con la que tendría unas nuevas, consideró José Manuel Muñoz, presidente del Observatorio Ciudadano de
El analista criticó el modo en que la empresa Mota-Engil se hizo de estos activos, sin un proceso de licitación, pese a que varias empresas estaban interesadas en la zona central del País.
“Tienen un regalo, cuál reto, el reto sería que los hubieran invitado a concursar (a Mota-Engil). Los inversionistas no se van a ver atraídos a un mercado que no es transparente”, expresó.
Calculó que en una planta hidroeléctrica de 10 megawatts el sustituir por completo el sistema electromecánico implicaría una inversión de 2 millones de dólares y estaría lista para operar en un plazo de un año, mientras que una planta nueva cuesta 10 veces más.
Luis Miguel Labardini, socio del despacho Marcos y Asociados, advirtió que este acuerdo promovido por el propio Gobierno implicará una transformación del SME de un sindicato subsidiado y corrupto a un empresario que toma partido en una Iniciativa Privada de energía eléctrica.
Aunque el Servicio de Administración y Enajenación de Bienes es el propietario de dichas plantas, se negó a dar más detalles atribuyendo la responsabilidad a Gobernación.
A la espera
En Necaxa, Puebla, 411 trabajadores que permanecieron leales al SME esperan el llamado de su dirigente nacional para integrarse al proyecto de reactivación del mismo, dijo el subsecretario general de la División Necaxa, Román Olvera.
Explicó que todavía no hay detalles de la operación de la hidroeléctrica de Necaxa, así como las plantas localizadas en Tepexic, Patla y Tezcapa, pero que hay interés en colaborar.
Para algunos ex trabajadores de LyFC en Puebla el reinició de las plantas y otras instalaciones es un reconocimiento a su resistencia.
“No sólo es un avance, la oportunidad de que la hidroeléctrica vuelva a trabajar con la mano de obra del SME es un triunfo para todos los que aguantamos y esperamos a que se resolviera la lucha de una o de otra forma”, comentó Carlos Tapia, quien permanece en una caseta de vigilancia en el acceso principal a la hidroeléctrica de Necaxa.
Con información de “REFORMA”
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