La dolorosa medicina de Banxico
Por Ana Lorena Mendoza Hinojosa/Ciudad de México.- El subgobernador del Banco de México, Jonathan Heath, declaró en una reciente conferencia magistral que el costo laboral de las empresas se ha convertido en un riesgo para la inflación, pues el aumento al salario mínimo y el incremento en los periodos vacacionales de los trabajadores tiene un impacto inflacionario.
En la conferencia, Heath habló sobre la inflación, que se ha convertido en una verdadera pesadilla para la economía global, y dejó ver las preocupaciones del Banco de México en el contexto de la reforma laboral. “Últimamente lo que preocupa es la parte de los precios, que son más susceptibles a los costos laborales. Las alzas al salario mínimo y las vacaciones está repercutiendo en los costos de las empresas”.
El subgobernador de Banxico señaló que hace dos años ganaba un salario mínimo el 25 por ciento de las personas con trabajo, una cifra que se elevó a 35 por ciento el año pasado y que este año podría alcanzar el 45 por ciento. Jonathan Heath aseguró que los salarios bajos, al aumentar de forma acelerada, presionan a los salarios medios y provocan inflación.
El subgobernador asegura que ya no se debe seguir impulsando el incremento al salario mínimo por arriba del 20 por ciento, pues ha presionado los altos índices de inflación y se corre el riesgo de hacer cada vez más difícil controlarla.
La inflación es un problema global, recordó Heath, y ya presiona a las economías locales. “El problema de la alta inflación proviene de la economía mundial, de la pandemia. En ese momento la población dejó de consumir servicios y aumentó el de bienes; sin embargo, por la emergencia sanitaria muchas cerraron, lo que provocó aumentos en los precios”.
La economía de mercado mantiene grados de descontrol que presiona a países con problemas de suministro en donde se han incrementado los precios. La pandemia y la guerra de Ucrania provocaron una presión inflacionaria que ahora se ha convertido en un riesgo al no tener los instrumentos suficientes para frenarla.
“Hubo una gran cantidad de distorsiones en los mercados, las cuales pensamos que serían momentáneas, pero no lo fueron. Por eso es ingenuo pensar que nosotros como Banco de México podemos bajar la inflación por sí solos, se debe corregir de origen”, dijo Jonathan Heath.
El subgobernador señaló que hay cifras que revelan que la inflación global va a la baja, como el precio de los energéticos, que hace un año mantenían incrementos en sus costos de 170 por ciento, y que en la actualidad muestran un 7 por ciento de disminución anual.
Heath argumentó que el banco central mexicano no cuenta con herramientas lo suficientemente fuertes para frenar la inflación debido al diseño del sistema financiero, lo que lleva a la institución a utilizar la tasa de referencia con políticas de restricción más agresivas.
La política monetaria del Banco de México mantiene en la actualidad una tasa de referencia de 11 por ciento, una cifra muy alta que la junta de gobierno tuvo que empujar ante los altos índices de inflación, pero que ahora contempla terminar con el ciclo alcista, dijo Heath.
Pero la inflación ha dado muestras de no ceder, y la medicina del Banco de México para intentar frenarla es amarga y dolorosa, pues además del incremento en las tasas de interés, según el propio subgobernador, también el incremento al salario mínimo tendría que ser detenido para no crear condiciones inflacionarias.
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