Agencias / MonitorSur, Xalapa, Veracruz .- El gobierno federal ha sido decisivo en la débil posición económica que tiene México de cara a la crisis derivada de la epidemia del nuevo coronavirus, coincidieron expertos.
«Antes de la pandemia ya estábamos en recesión, ya vivíamos en crisis, esa idea de López Obrador de que veníamos bien, es falsa», dijo el profesor Abraham Vergara, director de la Maestría en Finanzas de la Universidad Akali.
A dos años de que se votara en las urnas el proyecto de la Cuarta Transformación, el Producto Interno Bruto (PIB) camina hacia uno de los desplomes más pronunciados en décadas.
Andrés Manuel López Obrador fue elegido presidente con el 53.19% de los votos el 1 de julio del 2018, y en materia económica su promesa fue duplicar el crecimiento del PIB, un distintivo que lo separaría de las seis administraciones anteriores, se jactaba.
Pese a no contar con elementos para el cumplimiento de la promesa electoral, 10 meses después de ser elegido, López Obrador reiteró en una conferencia de prensa su ofrecimiento.
«Tenemos el compromiso de crecer al 4%, lo volví a dejar en manifiesto en el Plan de Desarrollo, en la visión, es como un epílogo de cómo veo que va a ser el 2024. Ahí dejo en claro que vamos a tener un crecimiento del 4%. Esto va significar crecer al doble al periodo neoliberal, en 36 años», dijo en su conferencia matutina diaria, el 2 de mayo.
Hoy las expectativas no podrían ser más opuestas. El Fondo Monetario Internacional prevé una caída de 10.5% en la economía, la peor caída desde 1932 cuando México se desplomó 14.92%.
Esta es el desplome más alto, entre los estimados del FMI, después del de Francia, de 12.5%, y España e Italia que caerán 12.8%.
Malas decisiones
Si bien, Lopez Obrador recibió una economía en vías de contracción, las decisiones de la presente administración se vieron reflejadas en la recesión del 2019 de -0.1% del PIB, cuyos dos últimos trimestres reflejaron caídas anuales de -0.2 y 0.4%, explicó Leonel Carranco, profesor de Economía Política en la Facultad de Estudios Superiores (FES) Aragón de la Universidad Nacional Autónoma de México.
La relación del López Obrador y el sector privado ha sido mala desde un inicio.
Arribó al gobierno con el anuncio anticipado de cancelar el proyecto del Nuevo Aeropuerto Internacional en Texcoco. La cancelación de 692 contratos tuvo un costo para el gobierno de 71,000 millones de pesos, informaría en agosto el secretario de Comunicaciones y Transporte (SCT), Javier Jiménez Espriú.
Sin embargo, el revés no fue sólo una promesa de campaña cumplida, sino que las confrontaciones con el sector privado han sido consistentes.
En marzo el gobierno federal informó que echaría atrás la instalación de la cervecera Constellation Brands en Mexicali, Baja California, tras una consulta calificada «a modo» por el sector privado.
Pese a que la inversión se oficializó en 2016, se tenía un avance del 70% de la obra y se habían invertido 1,400 millones de dólares, el proyecto de la cervecera se terminó por derrumbar, la señal más fuerte de la falta de un Estado de Derecho para las inversiones hasta el momento.
Recientemente, las diferencias se han pasado al sector privado. El presidente ha llegado a decir que la empresa iberdrola financia una campaña en su contra, y ha emprendido una batalla legal para que frenos a las empresas de energías renovables se mantengan en pie sin éxito. Hasta el momento el sector privado ha ganado 125 medidas suspensivas en contra de disposiciones de la Secretaría de Energía y del Centro Nacional de Control de Energía.
«Faltó crear un ambiente de negocios y económico, hubo demasiados pleitos. y lo que llevó a que las expectativas empezaran a ser malas. El mundo real se maneja por expectativas… la economía es muy sensible al ambiente económico de la inversión», explicó Carranco.
Al mismo tiempo, la política de austeridad en el gobierno tuvo efectos no sólo de recortes de personal en el aparato estatal, sino de inversión pública.
La inversión física del gobierno federal y de las empresas productivas del Estado en 2019 ascendió a 564,468 millones de pesos, monto igual a un 2% del PIB, el porcentaje más bajo en dos décadas.
«Tenemos malas decisiones de gasto en inversión de parte del gobierno y se vino un mal ambiente que crearon para inversiones a futuro», detalló Carranco.
Centralismo energético
Con un discurso nacionalista, el presidente ha dicho que México será un país con independencia energética. Así ha decidido apostar por la rehabilitación de las seis refinerías del país, cuyo costo será de 25,000 millones de pesos y de la construcción de la refinería de Dos Boca con costo de 50,000 millones.
Sin embargo, el país necesita diversificar las obras de infraestructura, dijo Vergara, lo que podría crear empleos y activar la economía.
Pese a que el Consejo Coordinador Empresarial hizo un listado de obras en el sector energía en el cual estarían listos para invertir, el presidente López Obrador no cumplió con anunciar este plan en materia de energía, como sí sucedió con 147 obras de infraestructura que tendrán una participación del sector privado de 857,000 millones de pesos.
Mientras el presidente se empeña en reforzar a Pemex, la empresa productiva del Estado le genera pérdidas.
Ante un escenario internacional donde se destruyó la demanada de petróleo por parte de China, Pemex registro una caída de 562,250 millones de pesos en el primer trimestre del año, de acuerdo con su reprote a la Bolsa Mexicana de Valores presentado a finales de abril. La cifra fue 62% superior a las pérdidas reportadas en todo el 2019 de 346,135 millones de pesos.
«Le estás echando dinero a un barril sin fondo, a una las compañías más grande en el sentido de burocracia, pero no en generación de dinero, trae pérdidas del ejercicio y de la operación», dijo Vergara.
Más palabras que ayudas
«Se intenta apoyar de manera directa a los más necesitados, en lo que es igual es en la falta de transparencia de los recursos. Y ha sido insuficiente para las familias y la economía. Con programas sociales no es suficiente para salir adelante«, apuntó Vergara.
Pese basado en los programas sociales, la diferencia presupuestal no arroja grandes cambios en la materia.
De 150 programas para reducir la pobreza en 2018, al menos 131 continuaron en el primer año del presidente López Obrador. En 2019 estos programas sumaron un presupuesto de 899,477 millones de pesos, esto es 2.5% menos que los 150 programas del 2018, de acuerdo con un análisis del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo (Coneval).
«Lo peor es que cuando uno revisa el presupuesto sin tocar la pandemia, en 2020 es el mismo esquema. Apoyemos a los jóvenes, adultos mayores, discapacitados, en esos dos últimos estoy totalmente de acuerdo que se les apoye, pero la conclusión es que nos llevó a una recesion económica, y si con esta idea se pretende que salir de la crisis con un crecimiento en forma de V, no hay forma», dijo Vergara.
Mientras el presidente busca afianzar clientelas electorales, ha recortado también presupuesto a sectores que decía iba a apoyar, como el agrícola en 2019, agregó Vergara. El rubro de la Agricultura y Desarrollo Social pasó de 65,434 millones de pesos en 2019 a 46,253 millones del presupuesto 2020.
De cara a la epidemia
Con la llegada de la epidemia México, los empresarios pidieron ayudas fiscales y financiamiento especialmente a las micro, pequeñas y medianas empresas (Mipymes) que generan al menos ocho de cada 10 empleos.
En cambio, López Obrador anunció que daría cerca de 4 millones de créditos a la economía popular, especialmente, adelantos de entregas de programas sociales y apoyos a micronegocios de 25,000 pesos a pequeños negocios formales e informales.
«Eso me alegra mucho, que ya vayan dando por descontado que no va haber privilegios fiscales, no va haber condonación de impuestos, no va haber rescate a grandes empresas, bancos, no va haber rescate en general, menos para los grandes», dijo el presidente en su conferencia del 6 de abril.
Los efectos colaterales de la cuerentena sanitaria no tardaro en llegar. En abril se perdieron 555,000 empleos formales en el Instituto Mexicano del Seguro Social y en mayo cerca de 345,000.
Si bien, el gobierno federal insistió en no tener recursos, grupos empresariales como la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex) han pedido al gobierno adquirir deuda pública para hacer frente a la crisis, en el orden del 1 y 2% del PIB.
T-MEC sólo el marco
El 1 de julio entrará en vigor el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), éste será celebrado con un encuentro entre López Obrador, y sus homólogos Donald Trump y Justin Trudeau.
Si bien, la iniciativa privada celebra este acuerdo, por si solo no será suficiente para detonar la economía mexicana, han reconocido.
Hay que recordar que ya traíamos el TLCAN, ese tratado había que modernizarlo, por ejemplo, la parte del sistema financiero, cuando se hizo el tratado anterior no existía.… El acuerdo comercial tiene un beneficio más hacia Estados Unidos y Canadá que hacia México,. Para que se atraigan inversiones al país lo primero que hay que tener es Estado de Derecho, cumplimiento de contratos, y que se disminuya la inseguridad del país», dijo Vergara.
¿Deuda?
Carranco consideró que México aún tiene margen para adquirir deuda, la cual sólo es mala cuando no representa retribución a la sociedad. »
Los países emergentes tienen una deuda del PIB del 65% en una situación que sea complicada, todavía tenemos una brecha, de alrededor de 5 puntos con respecto al PIB», dijo Carranco. Actualmente, la deuda es de 44.7% del PIB e instituciones financieras como BBVA creen que hay un margen de hasta 15 puntos para adquirir adeudos.
El Banco de México (Banxico) anticipa tres escenarios de contracción para este año de: –4.6%, -8.8%, -8.3%. Los cuales tendrían recuperaciones correspondientes en 2021 de 4%, 4.1%, 0.5%. Si embargo, los especialistas coincidieron en que no ven indicios para que haya una recuperación pronta de la economía.
A mediados de mayo, el gobierno federal incorporó a las actividades esenciales a la construcción, industria automotriz y minería. La reapertura de nuevas actividades se termina de dar conforme a los semáforos de la Secretaría de Salud. Al 29 de junio, 14 entidades del país continuaban en color rojo, donde solo se permite operar a actividades esenciales, y 18 en naranja, donde se permite a actividades no esenciales operar con 30% del personal.
«Es normal que si abres la economía va haber un cierto crecimiento, el problema es a qué velocidad….Con la promesa de crecer al 4% que dijo el presidente, olvidemos. Pensemos que en 2021, crece a 3.3% el PIB como dice el FMI, necesitaría crecer la economía mexicana los próximos años a 9.5% al año a partir del 2022, para tener un crecimiento (promedio) del 4% que se prometió en el sexenio», calculó Carranco en un modelo económico.
Con información de la agencia ‘Notimex’.
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