Ery Acuña (((Monitor Sur))) Sábado 30- mayo-2014 (Parte 1 de 2)
San Cristóbal de Las Casas.- Para el antropólogo mexicano Andrés Fábregas Puig, lo que está ocurriendo en Brasil representa una nueva forma de lucha social que marcará las celebraciones deportivas en el mundo.
“Ahorita en Brasil no gobierna la presidenta (Dilma Rousseff), quien gobierna es la FIFA. Cuando aceptas un campeonato mundial de futbol, tu aparato de Estado pasa a ser controlado por la FIFA, porqué, porque el negocio es de proporciones extraordinarias; no tenemos ni la más remota idea de la inmensa cantidad de dinero que se mueve”, señala.
Autor del libro “Lo Sagrado del Rebaño”, que marcó el inicio de los estudios sobre antropología del deporte en México, Fábregas Puig reseña que las revueltas cariocas son la respuesta a la esquizofrenia por el dinero que se adueñó del deporte más popular del mundo.
“El pueblo brasileño ha rechazado el mundial de futbol no por el futbol, sino porque es un negocio. Lo que la gente está rechazando es ese inmenso negocio que es el futbol y que el dinero se lo queden unos cuantos”, dice.
Fundador de varias universidades y organismos de estudios científicos y sociales, como el departamento de Antropología de la Universidad Autónoma Metropolitana, Fábregas Puig cuenta con estudios en Estados Unidos y Europa y varios de sus libros han sido traducidos al inglés, al francés y al italiano.
En una modesta oficina del Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social (CIESAS), en San Cristóbal de Las Casas, Fábregas Puig desmenuza la situación en Brasil, las causas y los efectos sociales que están cimbrando la fiesta más grande del futbol en el mundo.
“También los jugadores brasileños se han negado a hacer comerciales a favor del gobierno, más bien están con la gente. Los jugadores mismos dicen: ¡caray!, vamos a jugar en circunstancias difíciles, vamos a jugar contra el pueblo y eso no lo queremos hacer”, sostiene.
“Entonces Brasil ya perdió la copa del mundo en las calles; el pueblo brasileño derrotó a la Copa del Mundo en las calles. Sería muy interesante ver si Brasil queda como campeón mundial y vamos a ver cómo se van a jugar los partidos, si se van a jugar rodeados por el ejército”, reflexiona entre árboles de duraznos y pinos gigantes.
Plantea que el mundo está viviendo una nueva forma de reclamar sus derechos. Hay una nueva era en las luchas sociales. A veces sin líderes visibles y con una proporción desmesurada y amorfa que se adueña de la atención mundial.
“Esto es una lección y representa un nuevo tiempo en el deporte. Después de Brasil, en los próximos campeonatos mundiales, la FIFA va a tener que pensar tres veces cómo los van a organizar. Y además los países van a tener que pensar tres veces antes si los van a aceptar, porque van a tener movilizaciones de este tipo, porque estas movilizaciones ya no las para nadie”, sostiene.
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