Carlos Hernández
La selección mexicana terminó su año futbolístico de una manera preocupante.
El Tris del técnico interino Ricardo Tuca Ferreti mostró la realidad del balompié que se juega en nuestro país: una Liga que depende casi en su totalidad de los jugadores extranjeros y que sufre al tratar de armar una selección.
El Tricolor que enfrentó a Argentina fue un equipo sin ideas ofensivas, sin estilo, sin calidad, sin futuro y podría decirse que sin jugadores para suplir a los que militan en Europa y quienes –ha trascendido–, ya no quieren ponerse la camiseta verde.
Después de haber observado los dos partidos ante sus paisanos argentinos, lo más seguro es que el técnico Gerardo Martina mostró un gesto de preocupación ante el futuro que le espera en México.
Al Tata Martina ya lo ubican como el próximo técnico del Tricolor. Varios medios informativos lo señalan desde hace tiempo como el sucesor del colombiano Juan Carlos Osorio, pero la semana pasada fue Televisa la que confirmó el rumor.
Algunos comentaron que el consorcio televisivo dio la confirmación como una cortina de humo para tratar de tapar el escándalo de la cancelación del partido de la NFL entre Kansas City y Los Ángeles en el estadio Azteca. Sin embargo, el duelo entre los Jefes y los Carneros fue de alarido y todo mundo volvió a culpar otra vez a Televisa, que tiene como un auténtico potrero la cancha del Coloso de Santa Úrsula al preferir conciertos musicales y todo tipo de eventos que para lo que fue construido.
El presidente de Televisa, Emilio Azcárraga Jean, ofreció disculpas a los fanáticos del futbol americano por el mal estado del terreno de juego y aseguró que no volvería a ocurrir. Y ahora deberá disculparse con los aficionados la América y Cruz Azul, que marchan entre los punteros de la clasificación y jugarán la liguilla en una cancha llena de hoyos.
Lo que sucede en la selección es un auténtico tango, un calificativo para estar acorde con las dos derrotas ante los argentinos, ambas por el mismo marcador de 0-2.
Los problemas son dentro y fuera de la cancha.
En el escritorio, los directivos han formado una liga en que se permite a cada equipo tener a 12 elementos extranjeros por equipo, con lo que se cierra la puerta a los jóvenes mexicanos.
Son evidentes también las diferencias que hay entre el directivo Guillermo Cantú y crack como Chicharito Hernández, Andrés Guardado y Héctor Moreno, los actuales líderes del Tris, quienes se han negado a venir a la selección.
Y, para colmo, en estos días se reveló que la Federación Mexicana de Futbol todavía no paga a los jugadores los premios por la participación en el Mundial de Rusia, tal vez porque está juntando los 9 millones de dólares que le pagarán a Martina por el próximo ciclo mundialista.
Y en cuanto a la cancha, el interinato de seis meses de Ferreti dejó un pobre saldo de un triunfo y cinco derrotas. El Tuca echó mano de lo que hay en el balompié local, pero hay muy poco, sobre todo porque los puestos claves de los equipos están copados por foráneos.
Los jóvenes que recibieron la oportunidad de enfrentar a Argentina están como el color de la playera: muy verdes y es seguro que el Tuca extrañó demasiado a los elementos que le marcan la diferencia en Tigres: su pléyade de extranjeros encabezados por el francés André Pierre Giga.
Y a nivel colectivo, qué puede decirse de un equipo sin variantes al ataque y que tuvo su primer disparo directo a la portería hasta el minuto 69.
México tuvo dos claras ocasiones de gol (Jesús Gallardo y Ángel Zaldívar), mientras que el cuadro albiceleste también tuvo dos, pero Mauro Sicardi y Paulo Débala son jugadores de clase mundial y ellos sí anotaron.
Esa es una de las diferencias entre equipos medianos como México y grandes como Argentina. Un conjunto importante tiene una o dos oportunidades y no perdonan, mientras que a los nacionales siempre parecen faltarles 10 centavos para completar el peso.
Si el futbol mexicano y su selección desean progresar, deben cambiar la forma de “trabajo” que tienen en la actualidad, porque de lo contrario están matando a la gallina de los huevos de oro. El aficionado mexicano, que ha dado muestras de un gran aguante, tarde o temprano podría perder la esperanza en un Tris que en la actualidad sólo se limita al Cucay Lozano y 10 más.
Las mujeres sí ganaron
La nota positiva fue la calificación de la selección nacional femenil sub 17 a cuartos de final del Mundial de Uruguay. Las jóvenes empataron 1-1 con Japón, que es una potencia en esta categoría, y avanzaron a cuartos de final, donde se medirán a Ghana.
El futbol femenil en México está progresando. La creación de la liga profesional es un gran avance y los partidos de las muchachas a veces son más entretenidos que los de los varones. Se les agradece sobre todo que no simulen las faltas ni se quedan tiradas un minuto en la cancha fingiendo una lesión.
Sin embargo, los sueldos de las mujeres son apenas para que paguen los pasajes a los entrenamientos, muy lejos de las fortunas que ganan los hombres.
Así que un logro internacional de nuestras seleccionadas es algo digno de festejar.
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