Agencias / Monitorsur, Ciudad de México.- Aunque son conocidos los efectos beneficiosos de los ácidos grasos poliinsaturados omega-6 sobre los niveles de colesterol en sangre, se había especulado que quizá pudiesen aumentar el riesgo de varias enfermedades crónicas al promover inflamaciones de grado bajo, entre otras cosas. La argumentación tras esta especulación es que, en el cuerpo humano, el ácido linoleico es convertido indirectamente en varios compuestos que promueven la inflamación. Sin embargo, los ácidos grasos omega-6 también incrementan la producción de compuestos antiinflamatorios, y esta es la razón por la que ha venido siendo complicado determinar qué efecto neto tiene la combinación de todos estos factores, positivos unos y negativos otros.
En una investigación reciente, el equipo de Jyrki K. Virtanen, de la Universidad del Este de Finlandia, aporta datos nuevos y esclarecedores al respecto, llegando a la conclusión de que los ácidos grasos omega-6 nos protegen frente a una muerte prematura derivada de ciertos problemas de salud. Además, también ayudan a prevenir enfermedades cardiovasculares en general.
Virtanen y sus colegas han comprobado que cuanto más alto es el nivel de ácido linoleico en sangre, dentro de unos límites razonables, más pequeño es el riesgo de muerte prematura. El ácido linoleico es el ácido graso poliinsaturado omega-6 más habitual.
Para el estudio se analizaron datos sobre los niveles de ácidos grasos en sangre de 2.480 hombres con edades comprendidas entre los 42 y los 60 años al principio del seguimiento. Este se llevó a cabo durante un promedio de 22 años. En este periodo, 1.143 hombres murieron por causas relacionadas con enfermedades, siendo excluidos del estudio los fallecimientos debidos a accidentes o por otras razones.
Cuando los investigadores dividieron a los participantes del estudio en cinco grupos diferentes con arreglo a su nivel de ácido linoleico en sangre, descubrieron que el riesgo de muerte prematura era un 43 por ciento más bajo en el grupo con el nivel más alto, en comparación con el grupo con el nivel más bajo.
Los resultados de esta investigación respaldan los resultados de estudios poblacionales previos que vincularon un consumo dietético superior de ácido linoleico y un nivel más elevado de ácido linoleico en sangre con un riesgo inferior de enfermedades cardiovasculares y de diabetes tipo 2, sin incrementar el riesgo de cáncer.
El nivel de ácido linoleico en sangre viene determinado por la dieta de la persona, y sus fuentes principales son los aceites vegetales, las semillas y los frutos secos.
Fuente: Universidad de Oxford.
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