Agencias / MonitorSur, Ciudad de México.- La compañía SpaceX lanzó al espacio el martes pasado desde Florida (EE.UU.) el Falcon Heavy, su mayor cohete, con 24 satélites a bordo pertenecientes al Pentágono, la NASA y otros clientes públicos y privados. Entre ellos uno de la agencia espacial estadounidense que lleva a bordo un reloj atómico, un instrumento extremadamente preciso que puede cambiar la forma en la que las naves espaciales navegan por el espacio e incluso cómo enviaremos astronautas a Marte (y más allá).
Construido por el Laboratorio de Propulsión a Chorro (JPL) en Pasadena, California, el Reloj Espacial del Espacio Profundo (Deep Space Atomic Clock) tiene el tamaño de una tostadora. Instalado en en el satélite Orbital Test Bed, permanecerá en órbita terrestre baja durante un año, con el objetivo de estar listo para futuras misiones a otros mundos.
En resumen, se trata de una importante actualización de los relojes atómicos satelitales convencionales que, por ejemplo, permiten que tengamos GPS en nuestros teléfonos inteligentes. Para determinar la distancia de una nave espacial a la Tierra, los navegadores envían una señal a la nave espacial, que luego la devuelve a la Tierra.
El tiempo que requiere la señal para hacer este viaje de ida y vuelta revela la distancia de la nave, porque la señal viaja a una velocidad conocida (la de la luz). Al enviar múltiples señales y tomar muchas mediciones a lo largo del tiempo, los navegadores pueden calcular la trayectoria de la nave: dónde está y hacia dónde se dirige.
Pero claro, cuanto más lejos viaja una nave, más tiempo lleva esta comunicación, lo que supone serios problemas para la exploración del sistema solar. El nuevo reloj atómico mejora drásticamente el proceso, permitiendo a los astronautas saber dónde están de forma más autónoma, sin necesidad de enviar señales a la Tierra. Permitiría recibir una señal de la Tierra y determinar su ubicación inmediatamente utilizando un sistema de navegación a bordo.
Y aunque un reloj de este tamaño les pueda parecer grande, los relojes atómicos en las estaciones terrestres de la Red de Espacio Profundo de la NASA son del tamaño de una lavadora. Con el DSAC a pleno rendimiento se podrían rastrear varios satélites a la vez en zonas muy concurridas, como por ejemplo Marte y la precisión obtenida superaría a los métodos tradicionales en un factor de cinco.
Las tecnologías del DSAC también tendrán impacto en la sociedad: mejorarán tanto la estabilidad como el servicio del GPS. Y las pruebas son alentadoras ya que se han llegado a medir precisiones de estabilidad que llegan hasta las 50 veces con respecto a la de los relojes actuales que rigen la localización de los satélites de posicionamiento de nuestros navegadores.
Fuente: NASA JPL.
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