Ery Acuña/ Desde el sótano 26-feb-2020
Dicen que Brito Mazariegos, el Secretario de Gobierno de Chiapas, ya se anda comiendo las uñas. Y no es para menos. Las dos detenciones importantes por corrupción de funcionarios de la 4T en Chiapas eran parte de su equipo de primera fila, a quien él designó con la confianza que le brindó el gobernador Rutilio Escandón, que, a estas alturas, también dicen, ya le pasó por la cabeza si realmente es de su confianza.
Primero Giovanni, el exsecretario de Gobierno, con quien Brito Mazariegos sostenía estrecha amistad, y el del ahora ex director del Registro Civil, Héctor Javier N., quien también fue designado por él.
Y es que muchos se preguntan cómo puede sostener Mazariegos a quien fuera brazo derecho de Fernando Castellanos Cal y Mayor, el verdadero tapado de Manuel Velasco, como jefe de asesores de la Presidencia Municipal de Tuxtla Gutiérrez. Sí, nos referimos al químico Carlos Esquinca Cancino, quien goza, por decirlo diplomáticamente, de no muy buena reputación, pero sí de “todas las confianzas” del supersecretario, al nombrarlo «jefe de asesores» -¡Nadita soy!- de la Secretaría de Gobierno.
Ya le recomendaron que se vaya al Zope a darse una su rameada para las malas vibras, aunque los mal pensados dicen que más bien lo que le quieren decir, es que necesita una limpia.
Y los periodistas, lo saben, lo saben. Y los normalistas, lo saben, lo saben… y la Santanera… lo sabe, lo sabe.
Lo cierto es que para muchos funcionarios Brito Mazariegos, quien aspira a suceder a Escandón Cadenas, ya recibió su primer gancho al hígado y ha perdido la confianza y respeto de una parte del gabinete, y eso en política… dice mucho.
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