Remesas, turismo y la fortaleza del peso
Por Ana Lorena Mendoza Hinojosa/Ciudad de México.- El peso mexicano ha sorprendido por la fortaleza que ha mostrado en un contexto de reestructuración financiera global y de políticas económicas que han generado procesos de recesión.
Los derivados de la crisis global como la quiebra de bancos y tasas altas de interés, no han sido un obstáculo para que el peso se mantenga fuerte y sea una de las monedas que más se aprecie frente al dólar en los últimos meses.
Y la respuesta a las preguntas de por qué el peso se mantiene fuerte y competitivo frente a la moneda norteamericana, ya no la encontramos en los flujos de capital de la inversión extranjera en México, cuyo comportamiento definía el tipo de cambio del peso mexicano.
La respuesta la encontramos ahora en el flujo de remesas de Estados Unidos a México y en la derrama del turismo, que ha encontrado en los pueblos mágicos y en las playas del país un destino inmejorable.
Estos dos indicadores, que el Banco de México ha encontrado como claves para explicar el comportamiento de la divisa mexicana, son la razón por la que el peso se mantiene fuerte y con un tipo de cambio que ha sorprendido incluso a los analistas financieros.
“En el margen, el diferencial de tasas que se ha mantenido en más de 6 puntos porcentuales desde hace un año, ha ayudado a la fortaleza de la moneda mexicana ante su similar estadunidense, pero no es el factor principal que explica su fortaleza. Ahora hay muchas cosas estructurales, cambios en los usos y fuentes de divisas dentro del país; ya que las fuentes vienen de otro lado: de remesas y de superávits turísticos”, le dijo a la prensa recientemente el subgobernador del Banco de México, Jonathan Heath.
Las cantidades inmensas de recursos que a un ritmo vertiginoso de entradas y salidas movía la inversión extranjera en México, ya no son el origen de la explicación de un peso fuerte, explica el subgobernador del banco central.
“Ahora ya no viene de los grandes flujos de capital en la inversión extranjera de portafolio, que antes era fundamental, ahora cada vez es mucho menor. El 14 por ciento de la tenencia (de bonos) en manos de extranjeros y con la fortaleza del peso, lo que nos dice es que somos mucho menos vulnerables a las entradas y salidas de capital que antes. Antes cualquier salida de capital afectaba mucho, como la devaluación de 1994. En el margen sigue ahí, pero ya es una cosa de menor importancia de lo que era antes”, declaró Heath.
Aunque aclaró que la moneda mexicana mantiene un poder real a partir de un tipo de cambio flexible, que le permite quedar exento de los intentos de manipulación financiera, y cuyo comportamiento le permite adaptarse a las condiciones del mercado y el flujo de capitales.
Heath recordó las grandes lecciones de la economía mexicana y sus episodios de devaluaciones en la década de los 80 y la sacudida financiera de principios de los noventa, y aunque es una buena noticia la fortaleza del peso, el banquero aseguró que no es un indicador que refleje en su totalidad lo que está pasando en la economía nacional.
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