Agencias, Ciudad de México.- El running back Alvin Kamara, de los Saints de Nueva Orleans, salió de la cárcel tras pagar una fianza luego de ser arrestado durante el fin de semana acusado de golpear y lesionar a una persona en un club nocturno de Las Vegas.
Registros de la corte y la cárcel indicaron el lunes que Kamara pagó la fianza y fue liberado del Centro de Detención del Condado Clark. Deberá presentarse en la corte el 8 de marzo por cargos de agresión con daño corporal como resultado.
Los registros no identifican a un abogado en su nombre. De ser hallado culpable por ese cargo podría enfrentar una sentencia de uno a cinco años en una prisión estatal.
La policía de Las Vegas señaló una persona reportó el sábado en un hospital que fue agredida en un club nocturno. Los detectives determinaron que Kamara había sido el agresor.
Kamara fue arrestado el domingo después de jugar en el Pro Bowl, donde terminó con cuatro recepciones para 23 yardas por la NFC.
Ni los Saints ni el agente de Kamara respondieron de momento a una solicitud de comentarios sobre el arresto.
Kamara, de 26 años, es uno de los mejores running backs de la NFL. Terminó con 1,337 yardas totales y nueve touchdowns esta campaña, lo que le valió su quinta selección al Pro Bowl en cinco temporadas como profesional.
Este suceso se suma a una gran cantidad de casos en los que los jugadores de la NFL suelen meterse en todo tipo de problemas, toda vez que la temporada en turno concluye. Si bien el caso de Kamara se da en el marco de un evento de la liga, ya no impera, teóricamente, una razón para mantenerse ligado a los equipos como sucede en la fase regular.
Durante la temporada regular, los jugadores de la NFL llevan un estilo de vida riguroso, debido a que están obligados a empujar sus cuerpos y mentes al límite para poder competir dignamente, primero, en los entrenamientos y, luego, en los partidos, para justificar el sueldo que devengan.
Desde el campamento de entrenamiento hasta los playoffs, hay una atmósfera de una estructura definida y al mismo tiempo intensa que impregna todo lo que hacen estos jugadores, creando un fuerte compromiso con ellos mismos, con sus entrenadores y compañeros.
Sin embargo, cuando llega el receso de temporada, la estructura desaparece repentinamente, dejando una brecha notable en la vida de los jugadores. Se pierden la disciplina, el compromiso, las metas y la mente se relaja pensando en un nuevo comienzo hasta dentro de algunos meses.
Es ahí, precisamente, cuando las cosas malas suceden. Los jugadores de la NFL son jóvenes en su mayoría, más de la mitad de los jugadores activos de hoy tienen veintitantos años y se han convertido en millonarios de la noche a la mañana. El dinero, la juventud y el tiempo libre son una combinación peligrosa.
Una base de datos recopilada por el diario USA Today indica que desde el año 2000 se tienen reportados más de mil casos (1,031) al día de hoy en el que jugadores de NFL son detenidos o se meten en problemas con la ley. Tan solo en lo que va de 2022, de acuerdo con esta plataforma, se reportan ocho situaciones de esta naturaleza.
Casos recientes
El receso de temporada de 2020 fue uno de los más complicados de los que se tenga memoria, debido a la pandemia de coronavirus que derivó en el distanciamiento social y al confinamiento en casa, el caldo de cultivo perfecto para validar aquello que se dice sobre que «la ociosidad es la madre de todos los vicios».
En ese contexto se dio un sábado ‘negro’ en el que cuatro jugadores de la NFL fueron detenidos. El 16 de mayo, el receptor de los ahora Washington Commanders, Cody Latimer, por agresión, uso ilegal de arma y amenazas a vecinos, el fin de su carrera en la NFL; Quinton Dunbar (entonces con los Seattle Seahawks y desde entonces sin equipo en la liga) y DeAndre Baker, de los Kansas City Chiefs, fueron detenidos por robar a personas con un rifle de asalto; Ed Oliver de los Buffalo Bills fue detenido por manejar en estado de ebriedad y en posesión ilegal de un arma de fuego.
En enero de ese mismo año, Julian Edelman, receptor de los New England Patriots, fue detenido por lo que se calificó de vandalismo. Esa fue su última temporada en la NFL; a finales del mismo mes, el receptor abierto, en ese entonces de los Cleveland Browns, Odell Beckham Jr., fue detenido por lesiones corporales a un individuo.
En febrero de ese mismo año, el liniero defensivo de los Cleveland Browns, Greg Robinson, fue detenido por portar 73 kilos de mariguana y hasta ahí llegó su carrera en la NFL; el tacle defensivo de los New York Jets, Quinnen Williams, fue detenido por posesión ilegal de arma de fuego mientras trataba de abordar un vuelo en Nueya York.
En marzo, el receptor de los Dallas Cowboys, Ventell Bryant, recibió cargos por manejar bajo la influencia de sustancias y no se ha vuelto a colocar en otro equipo desde aquel momento; el entonces el esquinero campeón del Super Bowl con los Kansas City Chiefs, Bashaud Breeland, fue detenido por posesión de sustancias ilegales.
Pat McAfee, quien fuera pateador para los Indianapolis Colts de 2009 a 2016, reveló en su podcast The Pat McAfee Show que luego de perder el Super Bowl ante los New Orleans Saints, en su temporada de novato que por primera vez en su vida sintió que tenía dinero y lo que decidió hacer fue una gira por varios países, conociendo las maravillas del mundo.
Pero admite que tener dinero y tiempo, lo cual se maximizó debido a la pandemia, puede hacer que los jugadores tomen no necesariamente las mejores decisiones de sus vidas, pues algunos suelen regresar a los vecindarios de los que surgieron y ser mal aconsejados.
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