Agencias, Ciudad de México.- La pandemia mundial ha puesto de relieve tanto la importancia de los temas ambientales, sociales y de gobierno corporativo y está apresurando la integración de estos elementos en las carteras de los inversores institucionales, según los participantes de la encuesta de MSCI de 2021, Global Institutional Investor Survey1, una encuesta de 200 instituciones de propietarios de activos por un total combinado de u$s 18 billones.
La encuesta de fondos soberanos, aseguradoras, dotaciones y fundaciones y fondos de pensiones reveló que más de las tres cuartas partes (77%) de los inversores aumentaron las inversiones en ESG «significativamente» o «moderadamente» en respuesta al COVID-19 y esta cifra trepa a 90% para las instituciones más grandes (más de u$s 200 mil millones en activos).
«La combinación de eventos relacionados con el clima, como incendios forestales devastadores, inundaciones y sequías extremas y una pandemia mundial, han acelerado el cambio de paradigma en materia de ESG y cambio climático. Lo que antes era un problema para los «fondos ecológicos» y los fondos paralelos (side pockets), las inversiones en ESG y el clima ya se han consolidado como temas prioritarios», señaló Baer Pettit, presidente y gerente general de MSCI. «2020 marcó un cambio profundo en la forma de invertir de las instituciones, dado que gran parte de los inversores han reconocido que muchas empresas con prácticas sólidas ambientales, sociales y de gobierno corporativo obtuvieron mejores resultados durante la pandemia».
La encuesta demostró que, si bien los inversores estadounidenses en general han sido tibios con respecto los aspectos ambientales, sociales y de gobierno corporativo, con algunas excepciones de alto perfil, 2020 cambió drásticamente sus puntos de vista, acercándolos a los de sus contrapartes internacionales. De los encuestados de EE. UU., el 78% aseguró que aumentaría la inversión en ESG de manera significativa o moderada como respuesta al COVID-19, mientras que la cifra fue del 79% y 68% en Asia y el Pacífico y en EMOA, respectivamente.
En relación con las inversiones futuras en ESG, los inversores dijeron estar poniendo mayor énfasis en la «S» en ESG, de los cuales más de un tercio (36%) quieren que «Social» abarque un mayor porcentaje de la cartera en 2021. Esto aumenta al 50% y 48% en el Reino Unido y EE. UU., respectivamente, donde los encuestados citaron que el COVID-19 coincidía con una reevaluación de la desigualdad en la sociedad como factor determinante.
Una montaña de desafíos: el cambio climático es el principal riesgo
Si bien los inversores institucionales están transformando sus procesos de inversión para reflejar los imperativos actuales, deben afrontar una larga lista de desafíos a mediano y largo plazo, con matices que dependen de la envergadura de la empresa, la ubicación y los objetivos de inversión a largo plazo.
Y aunque la encuesta reveló diferencias internacionales, para muchos inversores los desafíos en ESG son una de las principales preocupaciones. Casi un tercio (31%) de los inversores institucionales con más de u$s 200 mil millones de activos aseguró que el riesgo climático será el principal factor a tener en cuenta en la forma de invertir de la empresa durante los próximos tres a cinco años. A esto le siguieron tecnologías disruptivas, como la inteligencia artificial para casi una quinta parte (19%) de los inversores, mientras que el 14% considera que la sofisticación creciente de la medición de ESG tendrá el mayor impacto. Por otro lado, los inversores más pequeños (menos de u$s 25 mil millones en activos) aseguraron que el aumento de las regulaciones y la volatilidad del mercado son las principales tendencias que afectarán sus inversiones durante los próximos tres a cinco años.
La información climática en el centro de la gestión de los riesgos globales
Dada la variedad de desafíos mundiales que afrontan los inversores, la encuesta reveló que los encuestados perciben el riesgo como más importante que la distribución de activos tradicional y los inversores de todos los tamaños consideraron que la diversidad de fuentes de riesgo es más relevante que la distribución de activos para lograr la excelencia en la inversión.
Si bien el cambio climático se menciona como uno de los principales desafíos, los grandes inversores están aumentando su enfoque en el acceso y el seguimiento de los datos climáticos más recientes. Sin embargo, las instituciones más pequeñas aún se encuentran en una etapa temprana de incorporación de datos climáticos en sus estrategias de inversión. Alrededor del 50% de los inversores con más de u$s 200.000 millones en activos afirmó que utiliza regularmente datos climáticos para gestionar el riesgo, en comparación con solo el 16% de los que tienen menos de u$s 25.000 millones. Los inversores con más de u$s 200 mil millones en activos también tienen cuatro veces más probabilidades de utilizar los datos climáticos con regularidad para identificar oportunidades de inversión que aquellos con menos de u$s 25 mil millones.
«Los inversores institucionales deberán afrontar numerosos desafíos durante los próximos cinco años, lo que se magnifica por el hecho de que están interconectados. Estas relaciones interdependientes agregan complejidad y exigen urgencia. La realidad es que el cambio climático se vincula con un contexto social que cambia rápidamente y que a su vez, impulsa cambios en las demandas de los inversores, todo en el marco de un entorno regulatorio muy dinámico. Estas tendencias se ven amplificadas por la innovación tecnológica, lo que agrega una presión significativa de costos y tiempo. En suma, invertir nunca había sido un ecosistema tan complejo», concluyó Pettit.
Comunicado de Prensa.
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