Ery Acuña (((Monitor Sur)))
Tuxtla Gutiérrez.- De acuerdo con un documento elaborado por la Comisión Episcopal para la Paz Social “Cáritas Mexicana”, en México 27 millones de personas carecen de una alimentación adecuada (Coneval, julio de 2012), de los cuales sólo 7 millones están recibiendo atención especial por parte de la Secretaría de Desarrollo Social.
En tanto, que en el planeta tierra, uno de cada ocho habitantes cuenta con una nutrición insuficiente para realizar sus tareas diarias y procurar su propio desarrollo. Es por eso que bajo esa premisa, el Papa Francisco lanzó una campaña Mundial contra el Hambre.
EL documento firmado por José Leopoldo González González, Obispo Auxiliar de Guadalajara, y el secretario ejecutivo de Cáritas, Patricio Enrique Sarlat Flores, señala que se lanzó la campaña “Una sola familia humana, alimentos para todos”.
“Con la bendición del Papa Francisco y su exhorto a compartir el pan y a cuidarlo, Caritas Internationalis, a través de sus 164 organizaciones miembro, lanza hoy su campaña, con el profundo deseo de erradicar el hambre en el año 2025”, dice el escrito.
El esfuerzo –agrega— implica dar testimonio de que la opción preferencial por los pobres no es un eslogan de la Iglesia, sino una acción concreta por devolver la dignidad a nuestros hermanos que viven privados de alimentos suficientes y de buena calidad.
Por ello, el Episcopado Mexicano, a través de su Comisión Episcopal para la Pastoral Social- Cáritas Mexicana, invitamos a toda la población con capacidad de ayudar, creyentes o no, a los representantes de los tres niveles de Gobierno; a empresas y a instituciones público y privadas de diversa índole a sumarse a este esfuerzo.
“Se trata de que todos nos comprometamos resueltamente frente a este escándalo que provoca una mayor desigualdad social. Si bien, nuestro Señor Jesús multiplicó los panes para alimentar en el desierto a miles de personas, también es cierto que quiso involucrar a sus discípulos en la preocupación de cómo darle de comer a la multitud que lo venía siguiendo”, dice el escrito
Este proyecto pretende despertar nuestra conciencia a la corresponsabilidad, a no desperdiciar alimentos, señalar y denunciar la injusticia y explotación que sufren los más débiles; exigir mejores programas y mayores presupuestos para incentivar la producción agropecuaria y darle vida al campo, expone.
La campaña se propone enseñar a las personas las técnicas de conservación de los mismos y buenos hábitos de alimentación, que prevengan las desnutrición y la obesidad, así como hacer incidencia ante las autoridades y representantes del pueblo para que promuevan leyes justas.
“Hay muchas otras opciones que con imaginación y creatividad podemos emprender para hacer sentir a los más desprotegidos nuestro amor fraterno y no humillarlos como infortunados beneficiarios de una limosna o una dádiva, sino hacerlos sujetos de su propio desarrollo”, concluye.
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