MonitorSur, Nueva York.- No mucho antes de las elecciones presidenciales de Estados Unidos en 2016, Samira Ahmed terminó el primer borrador de su novela “Internment”, una historia distópica sobre las redadas de musulmanes norteamericanos.
Tras conocerse que Donald Trump había ganado la elección, Ahmed recibió un texto de una amiga que había leído el manuscrito y temía que su obra fuera profética.
“Me dijo, ‘espero que no seas Casandra’”, dijo Ahmed a The Associated Press en una entrevista telefónica reciente.
Las novelas sobre inmigrantes, como la inmigración misma, son una parte extensa y central de la cultura estadounidense. En 2019, libros concebidos antes del ascenso de Trump llegan de manera oportuna mientras el presidente, quien lanzó su campaña llamando a los mexicanos “violadores”, tiene en paro al gobierno federal para insistir en el financiamiento de un muro fronterizo. El mandatario a menudo ha rechazado acusaciones de que es xenófobo y antiinmigrantes, y ha defendido sus acciones diciendo que controlar la inmigración es importante para la seguridad nacional.
En una encuesta de Associated Press-NORC Center for Public Affairs Research realizada poco antes del paro, el 49% de los participantes mencionó la inmigración como uno de los cinco problemas que esperan que el gobierno aborde en 2019. Solo 27% mencionó la inmigración en diciembre de 2017.
“Mientras los titulares de actualidad le dan a los lectores una cobertura oportuna de la inmigración, la ficción ofrece exploraciones más profundas y complejas sobre el tema”, dijo Laila Lalami, cuya novela “The Other Americans” llegará a las librerías el 26 de marzo.
Las nuevas obras de ficción transcurren por todos lados, de Virginia a California, y confrontan la narrativa del sueño americano de asimilación y movilidad ascendente. Entre otras está “El archivo de los niños perdidos” (“Lost Children Archive”) de la mexicana Valeria Luiselli, que narra la historia de jóvenes inmigrantes separados de sus familias, y “Patsy” de Nicole Dennis-Benn, sobre una mujer jamaiquina que descubre que Estados Unidos no es para nada como había imaginado.
“Creo que ha habido un verdadero florecer de novelas sobre inmigración”, dijo la compradora de ficción para Barnes & Noble Sessalee Hensley, citando obras como “Searching for Sylvie Lee” de Jean Kwok, sobre una familia de inmigrantes chinos. “Las editoriales realmente se han estado esforzando en ofrecer una gama más amplia de voces”.
La primera novela de Devi S. Laskar, “The Atlas of Reds and Blues”, sigue la desalentadora experiencia de una hija de inmigrantes bengalíes nacida en Estados Unidos cuando se muda con su familia a un suburbio de Atlanta. La autora comenzó a escribir su libro antes de que Trump fuera elegido, pero siente que su narrativa encaja demasiado bien con el clima actual.
“Todos estamos viviendo juntos el actual gobierno”, dijo Laskar. “Esta historia termina en 2010, pero siento que las semillas de lo que sucede comenzaron mucho antes”.
Angie Kim empezó su primera novela, “Miracle Creek”, hace varios años. Pero al terminar el primer borrador de su historia sobre una familia inmigrante coreana en el centro de un caso de asesinato en Virginia, Trump había ganado las elecciones. Kim comenzó a agregar, inconscientemente en aquel entonces, material sobre inmigración.
“Al principio escribí sobre el idioma y la frustración de quienes se consideran inteligentes y cultos pero que al encontrarse en un lugar donde no hablan el idioma vuelven a sentirse como niños”, contó. “Cuando escribí algunas nuevas escenas, en enero y febrero de 2017, todas giraban en torno al racismo”.
Lalami ha escrito cuatro libros de ficción, incluyendo el finalista al premio Pulitzer “The Moor’s Account”, inspirada en su Marruecos natal. En “The Other Americans”, escribe sobre la muerte sospechosa de un inmigrante marroquí en una calle en California. La comenzó en el 2014, en respuesta a un problema de salud de su padre y a una reciente ola de crímenes de odio contra los musulmanes.
“Mucha gente está interesada en la inmigración debido a Trump; él ha generado un sentido de urgencia”, dijo Lalami, quien da clases de creación literaria en la Universidad de California en Riverside. “Pero en lo que a mí respecta, la historia habría sido la misma, aunque los lectores puedan encontrarla más oportuna”.
Como señalaron varios escritores, sus historias parecen contemporáneas, pero los problemas planteados por la presidencia de Trump han existido gran parte del pasado del país, ya sea con la reclusión de japoneses-estadounidenses durante la Segunda Guerra Mundial o la Ley de Exclusión de Chinos de 1882 o la Ley de Inmigración racista de 1924.
“Toda la historia estadounidense lleva a lo que está ocurriendo ahora”, dijo Ahmed.
Luiselli, autora de obras de ficción y no ficción nacida en la Ciudad de México, habló con niños que enfrentaban la deportación para su libro de 2017 “Los niños perdidos: Un ensayo en cuarenta preguntas” (“Tell Me How It Ends: An Essay in 40 Questions”). Empezó a escribir su novela en 2014, “mucho antes de que Trump fuera parte de este panorama”.
“Miles de niños han llegado solos y sin documentos a la frontera, huyendo a la violencia de pandillas y otras circunstancias de violencia y abuso innombrables. El gobierno de Obama no fue particularmente compasivo en su trato de menores indocumentados”, escribió Luiselli en un correo electrónico, en inglés, agregando que no tuvo que hacer ninguna revisión importante una vez que Trump llegó a la presidencia.
“Lo que sucede”, agregó, “es que la crisis ya estaba ahí para entonces”.
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