Agencias / MonitorSur, CIUDAD DE MÉXICO .- El famoso actor chino Zhang Zhehan fue duramente criticado en los medios y redes sociales chinas por fotografías difundidas en Internet donde está posando frente al santuario Yasukuni, dedicado a los guerreros japoneses fallecidos en la II Guerra Mundial. Más de 20 empresas, incluida la joyería Pandora, terminaron su asociación con la estrella, recoge Global Times.
La noche de este viernes, Zhang se disculpó por las imágenes “que hirieron seriamente los sentimientos del pueblo chino”. “Me avergüenza mi ignorancia”, escribió en su página de la plataforma Weibo.
El templo sigue siendo un tema sensible no solo en la conciencia social, sino también en las relaciones diplomáticas de los países de Asia Oriental. Así, el mismo día los ministros de Defensa y de Política Económica y Fiscal de Japón, Nobuo Kishi y Yasutoshi Nishimura, visitaron separadamente el santuario, provocando la reacción negativa de China y Corea del Sur.
Así, el portavoz del Ministerio de Defensa chino, Wu Qian, señaló que Pekín está “muy descontento” por el acto de Kishi. Por su parte, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Corea del Sur convocó al subjefe de la misión diplomática japonesa, Naoki Kumagai, y calificó la visita de “más que deplorable”, según South China Morning Post.
Venerando a genocidas
Establecido en 1868, Yasukuni es un templo dedicado a los caídos por Japón a partir de aquella época. Guarda los nombres de todos los soldados que murieron sirviendo al país, cuyo número se aproxima a 2,5 millones. Los fieles creen que sus almas se convierten en ‘kamis’, dioses de la religión sintoísta, a los que se venera en el templo.
La cifra incluye a todos los militares caídos, incluidos coreanos y taiwaneses alistados en las tropas del Imperio nipón durante la ocupación japonesa de esas tierras. Lo más importante, es que conserva los nombres de 1.068 personas declaradas criminales de guerra en juicios de posguerra. De ellos, 14 son criminales de Clase A, que fueron juzgados por los aliados en los Procesos de Tokio, en 1946-1948.
En los primeros años después de la guerra, a los genocidas ejecutados o fallecidos en la cárcel se les trataba igual que a los delincuentes condenados por tribunales japoneses y no se les incluía en el panteón. Sin embargo, en 1953 el Gobierno revisó la norma y fueron equiparados con los efectivos muertos en servicio, indica el portal Nippon.com.
Como resultado, la inclusión de criminales de guerra de clases B y C empezó en 1959. Aunque el proceso se realizaba “sin llamar la atención”, para 1967 ya habían 984. En cuanto a los de la clase A, fueron consagrados secretamente en 1978. Aunque la prensa se enteró de la decisión, no hubo mucho revuelo.
Fue el 15 de agosto de 1985 cuando la veneración a los caídos provocó por primera vez un escándalo. Entonces, en el día del 40.º aniversario de la II Guerra Mundial, el entonces primer ministro japonés, Nakasone Yasuhiro, visitó el santuario. Fue duramente criticado por países vecinos. Luego, fue visitado por los ‘premiers’ japoneses más de una vez, siendo la última en diciembre del 2013 por Shinzo Abe.
En el 2015, el templo fue atacado con un artefacto explosivo. El incidente dañó el interior del edificio, pero nadie resultó herido.
Con información de la agencia ‘RT’.
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