Agencias / MonitorSur / BRUSELAS .- Ryanair, Easyjet y otras aerolíneas de bajo costo han escrito a la Unión Europea para pedir que su proyecto de obligar a las compañías aéreas a utilizar una proporción determinada de combustibles sostenibles se aplique a todos los vuelos, no solo a los de corta distancia.
La Comisión Europea está elaborando una serie de objetivos que obligan a las compañías aéreas a usar un porcentaje mínimo de combustibles sostenibles (SAF, por su sigla en inglés) en sus vuelos, con el fin de reducir las emisiones de CO2 generadas por este sector. En diciembre, Bruselas archivó un objetivo inicial del 5% para 2030 por ser demasiado bajo.
Un conjunto de aerolíneas de bajo costo, que no compiten en los mercados de larga distancia, así como asociaciones ecologistas, escribieron el miércoles a la Comisión para pedirle que las cuotas SAF se apliquen no sólo a los vuelos que se realizan dentro de Europa, sino también a los viajes de larga distancia hacia y desde el continente.
“Excluir los vuelos de larga distancia del requisito de las cuotas SAF significaría que el área de nuestro sector que más debe descarbonizarse no estaría cubierta en absoluto por esta legislación”, decía la carta dirigida a los responsables de la política climática y de transportes de la UE.
Entre los signatarios figuran Easyjet, Ryanair, Wizz Air, Jet2 y la organización no gubernamental Transport & Environment.
Los firmantes citan datos procedentes del grupo de gestión del tráfico aéreo Eurocontrol, según los cuales el 6% de vuelos procedentes de aeropuertos europeos que recorrieron más de 4.000 km representaron la mitad de las emisiones totales de CO2 de los vuelos que salen de Europa.
“No tiene ninguna lógica excluir los vuelos de larga distancia de las obligaciones de uso de las cuotas SAF, ya que es la única forma posible de descarbonizar”, dijo el máximo ejecutivo de Ryanair, Michael O’Leary, en un comunicado.
Según los signatarios, las cuotas SAF son la única opción a corto plazo para reducir las emisiones de los vuelos de larga distancia, mientras que para los de corta distancia son una solución temporal hasta que se disponga de otras tecnologías, como los aviones de hidrógeno, en la década de 2030.
Las compañías aéreas tradicionales podrían oponerse a esta medida si se les imponen unos costos que sus rivales extranjeros no tienen que afrontar.
“Dado que los combustibles sostenibles para la aviación seguirán siendo más caros que los fósiles en un futuro inmediato, se necesitan algunas normas que trasciendan la UE y se apliquen a nivel internacional”, dijo un portavoz de Lufthansa. “Sólo así se podrá garantizar la igualdad de condiciones en la aviación mundial”.
Con información de la agencia ‘EFE’.
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