Agencias, Ciudad de México.- Las medidas tomadas por el gobierno durante el último trimestre para frenar el avance de la variante Ómicron del Covid-19, junto con el impresionante incremento de los precios del gas natural y el petróleo, afectaron el consumo privado en Alemania, provocando un decrecimiento del producto interno bruto.
En el futuro inmediato, a pesar de que las restricciones relacionadas con la pandemia desaparecerán, los precios de las principales fuentes de energía continuarán afectando el consumo.
Adicionalmente, los problemas en las cadenas de producción y distribución no parece mejorarán en el corto plazo debido a que Ómicron continúa afectando a las principales economías asiáticas.
Bajo estas condiciones, la economía alemana podría caer en recesión, pero “sería de corta duración y sin tener mayores efectos sobre el mercado laboral”.
Mejora sustancial a partir del segundo trimestre
Carsten Brzeski, jefe de investigación global de ING considera que “con las nuevas órdenes que continúan llegando y con los niveles de inventarios en mínimos históricos” la producción industrial comenzará a subir nuevamente.
“Estimamos que la economía alemana alcance sus niveles previos a la pandemia a finales del primer trimestre de 2022”, pero reconociendo que los riesgos geopolíticos y los elevados precios de la energía representan un obstáculo para el crecimiento de la producción y el consumo.
Sin embargo, el fin de las restricciones de movilidad y las posibles mejoras en las cadenas de producción y distribución “deberían darle un enorme impulso a la economía”.
Otro factor que beneficiaría el desempeño económico son las medidas fiscales acordadas por el nuevo gobierno “aprobando un significativo paquete de estímulo fiscal para impulsar la inversión necesaria para la transición hacia una economía menos contaminante, además de un incremento de 30% en el salario mínimo”.
De acuerdo con los estimados de ING, Alemania habría crecido +2.8% en el 2021. Para este año el crecimiento alcanzaría +3.5%, mientras que aceleraría hasta +4.1% en el 2023.
Existirán retos en el camino
El nuevo gobierno tiene el reto de impulsar la inversión y realizar reformas estructurales que permitan a la economía “mejorar su competitividad en los próximos años”.
Además, es importante “darle prioridad a las reformas de los sistemas de pensiones y salud” para que sean más sostenibles desde el punto de vista fiscal. Así como encontrar soluciones a la escasez de trabajadores calificados.
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