ASÍ REGRESÓ LA NIÑA A CASA
Amaba la vida. Con tan solo 12 años de edad, la niña Liliana Guadalupe salió una mañana con la ilusión en sus ojos, de vender sus dulces y vivir mejor.
Soñaba despierta, como sueñan los niños, en que el mundo fuera un paraíso terrenal.
Vaya que tenía sueños, ganas de vivir, y era valiente. Caminar sola por las calles de Tuxtla Gutiérrez en busca de compradores de sus dulces, no lo hace cualquiera. En cada uno de esos dulces ella vivía un pedacito de su sueño.
¿Qué malicia podía tener una niña de esa edad, que quizá solo soñaba en comprarse una muñeca?
Tuxtla Gutiérrez durmió shockeado. Todavía, a punto que sea sepultada, no creemos cómo puede existir tanta maldad en un corazón podrido, como el de su verdugo.
Este jueves “Lupita” será sepultada a las 3 de la tarde en Berriozábal, de donde salió muy temprano aquel sábado 19 de octubre del 2024, con un montón de dulces en sus manos, y un torrente de sueños en su alma.
Todos los abrazos y bendiciones del mundo para su familia. Descanse en Paz Liliana Guadalupe Marroquín, y Dios le brinde Paz y Consuelo a su familia.
Monitor Sur
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