Agencias, Ciudad de México.- El cuerpo y la mente de los bailarines están divididos: físicamente están sobre un escenario en París, pero su cabeza está en casa, en Kiev.
En otras circunstancias, la residencia del Ballet de la Ciudad de Kiev en el Théâtre du Chatelet habría sido un sueño hecho realidad, pero la varada compañía de jóvenes bailarines no siente más que angustia.
“Estamos tanto física como emocionalmente agotados”, dijo Ekaterina Kozlova, subdirectora de la compañía, a The Associated Press. “Todos en el ballet están preocupados por sus familias, por sus seres queridos, sus amigos y sus compañeros en casa. Ha sido muy difícil”.
El Théâtre du Chatelet, en el corazón de la capital francesa, les ofreció su escenario el martes para el último espectáculo de una gira por Francia que ha dejado a la compañía varada en el extranjero tras el inicio de la guerra en Ucrania.
La directora de danza de la Ópera de París y algunos de los miembros más destacados de la compañía, se unieron a ellos para una clase abierta antes de interpretar juntos una selección de clásicos del ballet, con extractos de “El lago de los cisnes” y “El Cascanueces”, del compositor ruso Pyotr Ilych Tchaikovsky.
Tener la oportunidad de ensayar y bailar fue para muchos una oportunidad para centrarse en “algo más que el conflicto en Ucrania”, afirmó Kozlova.
Una de las bailarinas viajará a la frontera ucraniana en los próximos días para recoger a su hija, que salió del país acompañada.
Solo una parte de la compañía estuvo viajando por Francia representando una versión reducida de “El Cascanueces”para jóvenes; la mayoría de los bailarines que están en París tienen poco más de 20 años. Muchas de sus estrellas se quedaron atrás, a la espera de reunirse con ellos en la capital.
“La mayoría de nuestros artistas están atrapados en Ucrania”, dijo el director, Ivan Kozlov, al público.
Tanto París como la comunidad del ballet han ayudado a encontrar alojamiento temporal para unos bailarines que dicen querer seguir bailando en Francia y en otros lugares. El teatro Chatelet ofreció una estancia a todo el grupo, aunque la actuación de última hora del martes es por ahora su último espectáculo.
Todos los beneficios de sus actuaciones se destinarán a organizaciones no gubernamentales que recogen y envían ayuda humanitaria a Ucrania y a los países vecinos.
Los bailarines ucranianos han buscado refugio en otros lugares: la Ópera Nacional de Rumanía ofreció a seis de los bailarines que huían de la guerra la oportunidad de trabajar con su cuerpo de ballet, y algunos de ellos podrían estar sobre el escenario en un mes.
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