Por Javier Carranza/La República-mx/Ciudad de México.- El gobernador de Puebla, Miguel Barbosa, se ha convertido en el ejemplo perfecto del tipo de político que el sistema democrático en México debe erradicar. Soberbio, torpe e ignorante, Barbosa ha dado muestras de no estar a la altura de su encargo constitucional en el estado de Puebla.
Frente a una inédita crisis de salud en el mundo que ya golpea a México, Barbosa minimizó los efectos de la pandemia de coronavirus con una declaración que lo representa sin lugar a dudas. “La mayoría (de las personas infectadas) son gente acomodada. (…) Si ustedes son ricos tienen el riesgo, si ustedes son pobres no, los pobres estamos inmunes”.
Barbosa se ha convertido en un lastre político para el Movimiento Regeneración Nacional (MORENA) que construyó el Presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) que ahora desde Palacio Nacional ha solicitado a los órganos de inteligencia el parte médico sobre el Gobernador de Puebla.
Al interior de Palacio Nacional existe preocupación por la ‘salud’ de Barbosa que la mayor parte del día permanece medicado y cuya ceguera es avanzada debido a los estragos de la diabetes-hipertensión.
Los médicos prevén un pronto procedimiento quirúrgico que comprende la extirpación de la segunda extremidad de Barbosa.
Barbosa literalmente se ha convertido en un político-invidente o ciego-político o político-sin visión, según la lectura de cada ciudadano. Es decir el Gobernador es un lastre para la federación de riesgo similar a la pandemia de Covid-19—guardadas las proporciones— en Puebla.
Además de revelar su ignorancia y su torpeza, las declaraciones ubican a Barbosa en el bando del cinismo político. El ahora gobernador de Puebla carga entre sus innumerables acusaciones, haberse enriquecido en su carrera política.
Desde la campaña por la gubernatura de Puebla, Barbosa fue acusado de poseer propiedades millonarias que no correspondían con su salario de servidor público.
Luego de un escándalo tras revelarse que el entonces candidato de Morena poseía una casona en Coyoacán en la Ciudad de México, una propiedad que habría pertenecido al ex Presidente Miguel De la Madrid, Barbosa tuvo que salir a tratar de controlar el escándalo y aseguró que solo había pagado 10 millones de pesos por la casa, una cantidad que sigue siendo muy alta para un servidor público.
La sombra de la corrupción ha envuelto a Barbosa desde que militaba en el PRD, y luego de su traición y conversión al morenismo, no ha podido reivindicar su imagen, manchada ahora por sus torpes declaraciones.
Sin lugar a dudas, Barbosa es un político disfuncional para la democracia mexicana, uno de esos grotescos personajes que encontramos en el anecdotario político de mediados del siglo XX, y que por oscuras razones aparecen en el nuevo siglo en las boletas electorales.
Barbosa llegó a ser gobernador por el apoyo e impulso del partido del Presidente, cuyos líderes tendrán que explicarle tarde o temprano a los poblanos por qué ayudaron a entronizar a semejante personaje. Y ahora se ha convertido en un lastre o un ciego-político o político-ciego, según la lectura de cada ciudadano.
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