Agencias / Ciudad de México.- Beto Cuevas mira todo el tiempo a los ojos. Sus pupilas se iluminan cuando habla sobre el “gran escaparate” que ha sido Jesucristo Superestrella en su carrera, pero ese brillo cambia cuando habla sobre los sucesos recientes en su natal Chile y de la “infelicidad” que vivió con sus ex compañeros de la banda La Ley.
Cantante, compositor, diseñador, pintor y dibujante, Cuevas explicó en el Centro Cultural Teatro 1: “Ha sido un gran privilegio interpretar a Jesús, pero adentrarse en el personaje, estudiarlo y encarnarlo genera una apertura de corazón, porque de alguna forma es dejar entrar al espíritu de ese personaje para recrearlo con honestidad en el escenario”.
Sobre todo, agregó, “me permite, por primera vez en mi vida, después de 30 años de carrera, cantar en un escenario sin ser Beto Cuevas, lo cual es una oportunidad maravillosa que me ha cambiado como persona y me ha vuelto mucho más compasivo. Nunca he sido una persona bélica ni nada por el estilo, pero vivimos en un mundo donde hay tanta interacción –en redes sociales, por ejemplo–, donde a veces el ego se ve fácilmente afectado por críticas malas”.
Es decir, “si es respetuosa, es válida, pero si es destructiva por el simple hecho de que la persona siente derecho de destruirte, tenemos la opción de aceptarla o borrarla. Elijo la última; es decir, la saco de mi casa, porque es como si alguien llegara y escupiera ahí”.
El cantante admitió que ha aprendido “a tener más gratitud hacia los pequeños grandes detalles de la vida, así como del cariño de la gente; incluso, creo más en la existencia de la energía de Dios. Antes creía, pero de forma más metafórica, porque me educaron en la religión católica, pero no era algo que hubiera sentido, y ahora sí lo he experimentado. Es uno de los grandes regalos de 2019”.
Sin duda, aceptó, “Jesucristo Superestrella me volvió a poner en el mapa del subconsciente colectivo en México, porque había pasado un tiempo donde había estado silencioso, y pues, imagínate, parte de las bendiciones ha sido reactivar mi carrera y me ha abierto las puertas para hacer otras cosas”.
Hace unas semanas, Cuevas lanzó el álbum Colateral, en cuya portada –de su creación– muestra al público sentado en sus butacas, lo cual también devela “una influencia del teatro”. En esa imagen, el cantautor va más allá en esa imagen: “Son 69 personajes, cada uno con nombre y minibiografía; eventualmente estas historias me llevarán a editar un libro, a hacer exposiciones de arte y todo lo que tengo planeado a futuro”.
Aunque a Cuevas le encanta el rock, “probablemente Colateral posee mi esencia más melancólica, romántica, existencial y esperanzadora. Es un disco muy honesto, pero el menos roquero que tengo”.
No por esto, afirmó, se alejará del género; incluso ya tiene “gran parte del material” de un nuevo álbum roquero. “Soy artista y no quiero quedarme anclado en un estilo; quiero que la gente me conozca como una paleta de colores bastante amplia, porque finalmente eso es lo que hace divertida una carrera musical”.
“En Chile sólo se hablaba de bonanza”
Como chileno, el intérprete de Día cero y Mentira expresó su visión respecto de los hechos en su natal Chile: “Es triste ver cómo ha habido tanta violencia, pero al mismo tiempo creo que ésta fue la última gota que derramó el vaso; prefiero hablar de las manifestaciones, porque con la violencia no estoy de acuerdo.
“La gente salió unida a manifestarse por la desigualdad que existe en mi país, de la cual no se decía nada; en cambio se hablaba de la bonanza, del éxito del modelo económico neoliberal como un ejemplo para la región, siendo que realmente los que se benefician son los que están en la punta de la pirámide. Actualmente, la gente en mi país, tiene que endeudarse para comer, lo cual no es posible en una nación tan próspera”.
Por esta situación, llegó un momento “en el que las personas dijeron ‘basta’ y salieron otros de tendencias políticas no izquierdistas a apoyar la causa, porque es un movimiento civil. La gente está cansada y aburrida de la politiquería.
“Creo que habrá cambios importantes, que no van a suceder de la noche a la mañana. Era algo que tenía que pasar, ya que ha habido mucha desigualdad en Chile.”
Casi al final de la charla, se preguntó a Beto Cuevas sobre un probable retorno de La Ley, tras lo cual subrayó: “Es tan probable que regrese como que vuelvan a aparecer Elvis Presley y Jenni Rivera en un escenario”.
–Además, con tanto trabajo que tienes…
–Sí, con tanto trabajo que tengo, pero además quiero ser feliz cuando suba al escenario.
–¿No eras feliz? –se le inquirió.
–No. No era feliz con mis compañeros; era feliz con La Ley, con mi concepto, y nunca voy a decir que se acabó para siempre, pero lo que sí terminó, lamentablemente, fue la relación con mis ex compañeros; en algún momento contaré eso, éste no lo es.
Agregó: “No era feliz con La Ley; por lo menos yo no me muevo ni hago cosas artísticas por dinero. A mí me mueve algo como lo que hago ahora, cosas que me desafíen, que me hagan mejor artista y me permitan crecer”.
Es más “leí una reflexión que hizo Steve Jobs cuando estaba a punto de morir; tenía no sé cuántos millones de dólares y decía: en el fondo no me estoy llevando nada de esto, con todo el dinero que tengo no le puedo pagar a alguien para que me cure; incluso, mencionó que un reloj de 150 dólares te da la misma hora que unos 150 mil. Es importante darse cuenta de esto en vida y no esperar hasta que uno esté a punto de fallecer para percatarse del tiempo que a veces perdemos por ser ambiciosos y, en realidad, nada de eso nos llevamos”.
En tanto, Jesucristo Superestrella, producida por Alejandro Gou, cierra su temporada 2019 en la Ciudad de México con funciones este 20, 21 y 22 de diciembre en el Centro Cultural Teatro 1.
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