Agencias
Nueva York, EU, 22 agosto 2017.-El grupo extremista nigeriano Boko Haram utilizó cuatro veces más niños suicidas en lo que va de 2017 que en todo el 2016, según denunció UNICEF.
No hay una explicación para la utilización de 83 niños suicidas —dos tercios de los cuales eran niñas― en lo que va de año frente a los 19 de todo el pasado, señaló Marixie Mercado, vocera de la agencia de Naciones Unidas para la Infancia.
Boko Haram no siempre se atribuye la autoría de estos ataques, que suelen dirigirse contra objetivos civiles, pero ningún otro grupo emplea esta táctica.
Un efecto colateral es que “muchos de los menores que lograron escapar del cautiverio enfrentan rechazo cuando intentan reintegrarse en sus comunidades”, agregó.
Violencia de Boko Haram impide a más de un millón de infantes asistir a la escuela
Más de un millón de niños y niñas no pueden asistir a la escuela en Nigeria y países vecinos como Camerún, Níger o Chad, debido la violencia desatada por el grupo terrorista Boko Haram, según un informe del Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF).
El responsable de la agencia para esta zona de África, Manuel Fontaine ha advertido de que es una cifra “impactante”, toda vez que este millón de niños se sumaría a los once millones que ya estaban fuera del sistema educativo antes de que estallase la crisis de violencia en los cuatro países citados.
“El conflicto ha sido un duro golpe para la educación en la región y la violencia ha dejado a muchos niños sin ir a clase durante más de un año, lo que les pone en riesgo de salir del sistema”, ha asegurado Fontaine en un comunicado.
Este responsable ha advertido de que la integración en el sistema educativo no es solo clave en materia de aprendizaje, sino que, “cuanto más estén fuera de la escuela, los niños tienen más riesgos de sufrir abusos, ser secuestrados o reclutados por grupos armados”.
Complicada labor.
Los ataques lanzados por Boko Haram, que ha expandido su actividad más allá de su bastión en el noreste de África, han obligado a cerrar más de 2.000 centros educativos, mientras que varios centenares más han sufrido ataques o saqueos. En el extremo norte de Camerún, sólo ha abierto este año una de cada 135 escuelas cerradas en 2014.
UNICEF ha ayudado a que unos 170.000 menores puedan volver al colegio en el noreste de Nigeria, pero la saturación de las clases y la utilización de muchos de estos centros como albergue para desplazados complica la vuelta en la normalidad.
Además, muchos de los profesores también son víctimas y han tenido que huir. Sólo en Nigeria, unos 600 profesores han muerto desde que Boko Haram se alzó en armas para tratar de crear un estado islámico regido por la ‘sharia’.
Otras organizaciones, junto a UNICEF y gobiernos aliados han creado espacios temporales de aprendizaje y renovado escuelas para llegar a 67.000 menores. La agencia de la ONU también ha proporcionado material a más de 132.000 niños y ha formado a profesores en técnicas de apoyo psicosocial.
UNICEF ha cifrado en 21 millones de euros el dinero que necesitará en 2016 para ayudar a la población infantil de los cuatro países afectados por la violencia. En 2015, la organización sólo recibió el 44 por ciento de los fondos requeridos.
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