Las fuerzas de seguridad calculan que desde 2014 la banda fabricó más de 17,000 billetes falsos de 100 lei rumanos, con los que habría causado daños por un valor total aproximado de 1.7 millones de lei (unos 395,000 dólares).
“La evolución de este tipo de falsificaciones ha sido espectacular“, señala el comunicado. “En un período de tiempo relativamente corto, el líder del grupo logró producir las mejores falsificaciones en la historia de Rumanía y convertirse en el mayor falsificador de billetes de plástico del mundo”, subrayó.
Durante los allanamientos llevados a cabo en cinco viviendas en las ciudades de Bucarest y Busteni se incautaron diversos equipos modernos que usaban los delincuentes para crear los billetes, que eran prácticamente imposibles de diferenciar de los originales. Incluso el personal de los bancos no detectaba las irregularidades en ese tipo de dinero y lo ponía en circulación.
Los billetes de plástico, también conocidos como billetes de polímero, son motivo de orgullo para el Banco Central de Rumanía debido a la dificultad de falsificarlos y también por su durabilidad. “El dinero plástico tiene dos características: es muy difícil de falsificar y se puede lavar fácilmente con agua y jabón,sin que se deteriore”, dijo recientemente el asesor de esa entidad financiera, Adrián Vasilescu.

Equipo con el que se fabricaban billetes falsos. Crédito: Direcția de Investigare a Infracțiunilor de Criminalitate Organizată și Terorism (DIICOT).
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