Chiapas disruptivo

Ery Acuña/ Desde El Sótano
La palabra “disruptivo” simboliza el rompimiento de alguna situación o momento con “brusquedad”. Es difícil resumir en unas cuantas líneas lo que está ocurriendo en Chiapas.
Cada semana nos enteremos por Redes Sociales de uno o dos videos de personas armadas que presumen “su capacidad de fuego”. La semana pasada fueron unas 20 personas autodenominadas “El Cártel de Chiapas” que desde un poblado llamado “20 de noviembre” (ubicado presuntamente en Chiapas) disparan al aire con armas de alto poder y lanzan amenazas contra otro grupo criminal.
¿Por qué nos estamos acostumbrando? ¿Por qué está ocurriendo? Eso es algo que las autoridades no han logrado informarnos bien, o no han sabido explicarnos bien, aunque nunca se había visto en los últimos años tantos boletines de feminicidas, agresores de mujeres, secuestradores, asaltantes detenidos, procesados y sentenciados, como se está viendo ahora.
En el caso de los grupos criminales con gran poder de fuego, esa es responsabilidad de las autoridades federales, como la Guardia Nacional, el Ejército Mexicano, la Marina, y la FGR, principalmente.
Y ojo con esto: jamás hay que olvidar una fecha clave que marcó el inicio de esta escalada de violencia no vista en Chiapas en los últimos años: la segunda semana de julio del 2021. En solo una semana ocurrieron tres cosas que crearon una disrupción inédita.
1.- El homicidio en las calles de Simojovel de Simón Pedro, un integrante destacado de la Sociedad Civil Las Abejas de Acteal, en Chenalhó, colindante con Pantelhó.
2.- La aparición del grupo armado “El Machete” en Pantelhó, unos días después del asesinato de Simón Pedro, decenas de encapuchados que desfilaron con armas de alto poder, como Ak-47 y R-15 frente a decenas de reporteros, amas de las cuales se desconoce hasta ahora abiertamente de dónde salieron (aunque se habla de que la Guardia Nacional tiene informes detallados del caso) y
3.- el asesinato esa misma semana en el fraccionamiento la Gloria, en Tuxtla Gutiérrez, de Ramón Gilberto Rivera Estrada, alias Junior, líder del Cártel de Sinaloa en el sureste del país, que desató esta guerra sin tregua que ha costado muchas vidas entre de los grupos del crimen organizado.
Basta decir que el efecto por la captura de miles de Mara Salvatrucha por el gobierno de Nayib Bukele, también tuvo efectos subterráneos en Chiapas; mientras en Guatemala los kaibiles se metieron a Chiapas, como ellos mismos lo han promovido en videos, y desatado una violencia mayor que todos deseamos disminuya a la brevedad posible su intensidad.
*monitorsur.com*
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