Agencias / MonitorSur, Ciudad de México.- Un grupo de científicos mexicanos han desarrollado vacunas personalizadas para recudir el asma alérgica a partir de los pólenes frecuentes en la atmósfera de la Ciudad de México, una de las urbes con alta contaminación, informó hoy el Instituto Politécnico Nacional (IPN, Universidad).
De acuerdo con la institución académica, los pólenes de mayor frecuencia en la atmósfera de la capital mexicana afectan la funcionalidad pulmonar de alrededor del 10 por ciento de la población del país, en su mayoría niños y adolescentes.
Esas vacunas tiene la oportunidad de ser partícipe en la transición hacia tratamientos más eficientes y seguros para el asma alérgica, ya que únicamente se aplicarán a los pacientes los antígenos a los que son susceptibles, explicó el director de la investigación, César Augusto Sandino Reyes López.
El especialista de la Escuela Nacional de Medicina y Homeopatía (ENMH), refirió que dichas vacunas son específicas para cada paciente, pues a diferencia de las terapias actuales -que aplican todos los antígenos aunque no haya alergia a ellos-, las creadas por el IPN, dijo, contienen únicamente las cantidades exactas de los alérgenos que causan el problema.
“Es una terapia de desensibilización en la que, dependiendo de la situación de cada persona, se administran los antígenos en una sola mezcla; con ello, esperamos la cura definitiva”, expuso el investigador a través de un comunicado.
El también integrante del Sistema Nacional de Investigadores (SNI) Nivel I de México, precisó que médicos alergólogos actualmente aplican el tratamiento para evaluar sus efectos en los servicios de alergia de los hospitales: General de México, Juárez de México y de la petrolera PEMEX, todas situadas en la capital mexicana, así como en el Regional de Alta Especialidad de Oaxaca (sureste de México).
Dijo que para hacer extensivos los beneficios a un mayor número de personas, la Escuela Nacional de Medicina y Homeopatía establecerá en breve convenios con otras instituciones del sector salud que cuentan con servicios de alergia.
Sostuvo que para determinar la mejoría de los pacientes, la primera evaluación se realiza a los seis meses después de iniciar la terapia.
“Es muy importante la estrecha comunicación entre el especialista y el paciente, así como seguir el régimen de desensibilización que se establezca para obtener resultados eficaces”, indicó.
Para identificar los pólenes de mayor frecuencia en la atmósfera de la Ciudad de México, se llevó a cabo un estudio en colaboración con María del Carmen Calderón Ezquerro, del Centro de Ciencias de la Atmósfera, de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y responsable de la Red Mexicana de Aerobiología (REMA). De esa forma se determinó que los pólenes provienen del amaranto, pastos y de los árboles de roble y fresno.
“Estudiamos los pólenes del amaranto (Amaranthus palmeri), de roble albar (Quercus alba) y de fresno (Fraxinus) e identificamos los cinco antígenos más importantes de cada uno de ellos”, indicó.
Según la nota oficial, los investigadores, mediante técnicas de cromatografía e inmunoquímicas, aislaron los antígenos e identificaron las proteínas alergénicas de los pólenes, de las que determinaron su tamaño y la secuencia de aminoácidos que las componen.
“Las comparamos con antígenos presentes en otros pólenes, con la finalidad de establecer semejanzas y diferencias entre ellos”, subrayó.
Para Reyes López las vacunas desarrolladas en el IPN abrirán nuevas posibilidades de tratamiento para quienes padecen asma alérgica al señalar que los primeros resultados de la terapia de desensibilización los tendrán a finales de 2020.
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