Agencias / MonitorSur, XALAPA, Veracruz .- Según un estudio del equipo de Análisis de Datos de DW, México es el segundo país, después de Vietnam, que más se ha beneficiado de la disputa comercial entre Estados Unidos y China.
Dos años después de la entrada en vigor de los primeros aranceles, las exportaciones mexicanas habían ganado cuota de mercado en EE. UU., suponiendo hasta unos 4.660 millones de dólares adicionales al trimestre, afianzando al país como segundo socio comercial del gigante norteamericano y mejorando su situación relativa para afrontar el impacto sobre el comercio mundial de la crisis provocada por la pandemia de coronavirus y las medidas para contenerla.
México está entre las doce mayores economías del mundo y la suya es una de las más abiertas al exterior. En 2019, sus importaciones y exportaciones sumaban el equivalente al 72% del PIB del país, un índice, conocido como “de apertura”, que en 2018 había marcado su máximo histórico rozando el 76%. De las veinte mayores economías del mundo, solo Alemania y Tailandia tienen un índice de apertura mayor al mexicano, según el Banco Mundial.
México, un país exportador
Cuando pensamos en México como país exportador nos pueden venir a la cabeza aguacates y tequila. Pero, aunque efectivamente es el principal exportador de ambos productos, el mayor volumen de sus ventas en el exterior lo representan bienes como vehículos, autopartes, electrónica y manufacturas.
Antes de la disputa comercial entre Washington y Pekín, México proveía, por ejemplo, el 19% de todas las computadoras importadas en Estados Unidos. En el último trimestre de 2019, esta cuota había crecido seis puntos porcentuales, hasta el 25%. Solo este incremento supuso ese trimestre casi dos mil millones de dólares adicionales para las exportaciones mexicanas, unos 650 millones al mes. Nuestro equipo de Análisis de Datos ha realizado este cálculo para todos los productos exportados a Estados Unidos desde México y desde China.
Cada punto es un bien importado en Estados Unidos: si está a la derecha del eje, se han incrementado sus exportaciones, si están a la izquierda, han disminuido. Para México la suma total supuso 4.660 millones de dólares más en el trimestre.
“No hay ganadores en una guerra comercial”
Lo dijo el ministro de Comercio chino Zhong Zhang en abril de 2018, nada más anunciar el presidente estadounidense Donald Trump los aranceles que daban inicio a una escalada de las barreras comerciales entre ambos países. Pero no siempre es así. De hecho, si un país no espera ganar nada, ¿para qué iba a empezar una guerra, sea comercial o convencional? El Fondo Monetario Internacional preveía que la disputa comercial causaría una caída del 1,6% en el PIB de China, un 0,9% en el de Estados Unidos y del 0,8% en la economía mundial. La oposición estadounidense consideraba que los grandes perdedores serían los consumidores estadounidenses.
“No hay razón para que los consumidores estadounidenses paguen el impuesto que entra en vigor en China hoy (…) las tarifas pueden ser completamente evitadas si compras de un país sin arancel o si compras el mismo producto dentro de EE. UU. (la mejor idea)”, decía Trump en una serie de tuits en la que añadía que “China se ha aprovechado de EE. UU. durante muchos años porque les han dejado vía libre”.
Efectivamente, la balanza comercial entre Estados Unidos y China ha sido sistemáticamente favorable a este último. Y ese es otro de los factores en los que se ha beneficiado México: dejando de estar en el punto de mira de Trump. Desde su campaña electoral hace cuatro años, a quien el presidente estadounidense acusaba de aprovecharse de Estados Unidos era a México, también con una balanza comercial bilateral positiva que Trump se había propuesto equilibrar. Desde el enfrentamiento con China, la brecha comercial con México, que no ha hecho más que crecer desde entonces, ha desaparecido de la agenda del presidente estadounidense.
Un efecto previsible
Un estudio de la UNCTAD estimaba ya antes de la entrada en vigor de los aranceles que, a pesar de que era “la mejor idea” según Trump, solo el 6% de las importaciones gravadas procedentes de china serían sustituidas por compras dentro del propio Estados Unidos. El 12% continuarían proviniendo de China y el restante 82% serían sustituidas por importaciones de otros países. La UNCTAD ya preveía que el país que más saldría ganando con la sustitución de importaciones sería México (con un 5,9%), seguido de Vietnam (5%) y Australia (4,6%).
Un año después, un estudio de la japonesa Nomura situaba a Vietnam como el más beneficiado por la disputa comercial entre las dos mayores economías del mundo y relegaba a México a un séptimo lugar. Entre las explicaciones puede estar el efecto indirecto de los aranceles sobre las exportaciones mexicanas a Estados Unidos, muchas de las cuales utilizan componentes o materias primas procedentes de China.
Un interesante estudio del Centro para la Globalización del Instituto para el Comercio Mundial de Kiel, con el significativo título “Amigos como este: El impacto de la guerra comercial entre Estados Unidos y China en las cadenas de valor globales” ponía cifras a este efecto indirecto de los aranceles. Uno de los coautores del estudio, Holger Görg, director del Centro y profesor de Economía Internacional en la Universidad de Kiel, considera acertadas nuestras conclusiones. Aunque matiza que “con la importante asunción de que la única razón para explicar los cambios en las exportaciones entre el último trimestre de 2017 y el de 2019 es la guerra comercial”.
Efecto de la pandemia de coronavirus sobre el “motor del crecimiento de México”
Como dijo expresivamente en una ponencia la subsecretaria de Comercio Exterior del Gobierno de México, Luz María de la Mora, en mayo del año pasado, “el comercio exterior jala [tira de] el crecimiento de la economía mexicana”. “En las ocasiones donde el comercio exterior cae (…) también la economía mexicana cae”, advertía, después de considerar sin ambages al comercio exterior como “el motor del crecimiento de México”.
En 2020 (hasta agosto), el índice de apertura ha retrocedido hasta un valor del 48% debido a la parálisis provocada por la crisis del coronavirus sobre todo en los primeros meses del año. La actual pandemia ha golpeado con fuerza al comercio internacional. También a las exportaciones de México, que han descendido un 26,59% hasta agosto. Y a las importaciones, que han caído un 30,74%. Únicamente las procedentes de China, Hong Kong, Taiwán y otros socios comerciales del sudeste asiático se han incrementado levemente durante la pandemia. Pero el hecho de que las importaciones hayan caído más que las exportaciones ha servido para que México equilibre una balanza comercial que llevaba prácticamente desde 1995 en números rojos.
Si en 2019 las exportaciones superaron a las importaciones en 5.408 millones de dólares, en 2020 (hasta agosto, últimos datos disponibles) lleva un saldo positivo de 17.634 millones, a pesar de estar la economía mexicana todavía convaleciente por la crisis del coronavirus. El presidente del Instituto Nacional de Estadística y Geografía de México (Inegi) declaró a la agencia Efe al presentar los últimos datos mensuales que “aunque las importaciones de bienes de consumo subieron un 8% en agosto, todavía están en niveles muy inferiores a los observados antes de la emergencia sanitaria”. Pese a todo, veía motivos para el optimismo: “el superávit comercial de México frente al resto del mundo (…) sigue estando en niveles históricamente elevados”.
Con información de la agencia ‘Deutsche Welle’.
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