Por Carmen Díaz/InsurgentePress/Ciudad de México.- Juan Manuel Gómez Salgado, reprime el dolor físico, pues el interno es inconfesable tras haber sufrido 19 días de oscuridad mortecina.
Gómez Salgado está consciente de que goza de una segunda oportunidad de vida. Hoy se mira optimista a pesar de las lesiones que carga consigo.
Recorre con la mirada su cuerpo con actitud menos preocupada. Y narra cómo sucedieron las cosas al ser arrollado por la llamada ‘Lady’ Tuleña.
Insurgente Press entrevistó a Gómez Salgado de 36 años, a su cuñado Jorge, quien ha velado por él desde aquella madrugada del pasado 26 de diciembre, y a la abogada que se encuentra orientándolos legalmente.
Jorge, ¿tú cómo lo viviste? Como familia, ¿cómo recibieron la noticia primeramente?
Jorge: Yo radico en Veracruz, vine a visitar a mis cuñados que se encuentran actualmente en el domicilio donde está recuperándose Juan Manuel.
Aquella madrugada recibimos una llamada de Ángel, de quien no recuerdo su apellido, diciéndonos que Juan sufrió un accidente.
Yo estaba en pijama aún, y así acudimos al lugar de los hechos: mi otro cuñado, mi esposa y yo. Incluso, yo llevaba a mi bebé de tres años. Al llegar al sitio, lo primero que le dije a mi esposa es “quédate en el auto con la niña”; entonces me bajé a ver el accidente y le dije a mi cuñado “ve a ver a tu hermano”. De esa forma nos organizamos.
El joven Ángel me dijo quién lo atropelló y cómo fue. De hecho él fue quien grabó lo que conocemos.
¿En qué hospital fue donde trasladaron para atenderte, Juan Manuel?
Juan Manuel: En el hospital Polanco de Coacalco. Y me atendieron porque me hicieron firmar el perdón. No por otra cosa.
¿Qué pensabas en esos momentos?
JM. Fíjese que no era impotencia. Se lo puedo jurar, y Dios lo sabe. En momentos yo pensaba “estoy bien. Que esa persona dé gracias a Dios porque la puso en mi camino, o que a mí me puso en el camino de ella; porque de no haber sido así, ella hubiese ido a matar a alguien más adelante; porque para Tula son dos horas más todavía. Y peor en el estado en el que iba”. Por eso sigo pensado que fui un instrumento que impidió una desgracia peor. A la vez, creo que ese tipo de personas no debe andar así por la calle, porque lo vuelven a hacer una y otra vez. Esta ocasión fui yo, pero después le puede tocar a alguien más.
Y peor por la manera en que se manejaron las cosas. Todo fue manipulado, la forma en que los policías manejaron las cosas. Eso es lo que me da coraje.
Yo siempre he sido de las personas que no me gusta que las cosas se hagan bien. Y para mí hubiera sido menos desagradable que la señorita me hubiese preguntado “¿estás bien?”, después de su acción. Creo que eso hubiera sido más que suficiente, que el haberse escondido y evadido todo esto. Porque es claro que ella no tiene sentido de urgencia ni responsabilidad.
Si estuviera en tu poder dar una definición y decir cómo quieres que terminen las cosas, ¿qué harías en este caso, Juan Manuel?
JM. Yo quiero que esto termine con todo esclarecido. Que las cosas se ubiquen tal y como son. Y si realmente tiene que haber culpables, sean los policías federales.
Su lema siempre es “estamos para servir a la comunidad”, pero en ese momento demostraron que están para servir al que más tiene. Entonces, eso para mí sí es una impotencia muy grande. Eso sí me llena de rencor.
Realmente pienso que a ambas partes. Que sea un castigo ejemplar, uno que les haga entender que no pueden ir por la vida deslindando estas situaciones de una forma tan fácil, con dinero.
Bueno, en términos legales, están amparados.
Abogada. Sí, por supuesto. Bueno, esto no puede ser de dominio público por todo lo que conlleva el procedimiento. Son varias denuncias las que se tienen que realizar; algunas de ellas a nivel federal ante el Ministerio Público Federal y Ministerio Público Local. También por las responsabilidades de CAPUFE y de los policías federales que no pusieron a consignación ante el ministerio público correspondiente a la persona responsable de lo acontecido.
Eso fue lo que debió haber pasado; poner a disposición del Ministerio Público a Geraldine, y que así todo llevara su curso. Sin embargo, hasta donde estoy enterada, a Juan Manuel lo hicieron firmar una documentación que él desconoce, ni siquiera nosotros sabemos si se trató de hojas en blanco; porque fue bajo presión. Él no estaba en condiciones de revisar documentos, de hecho ni firmar absolutamente nada por el grado de las lesiones que él llevaba en ese momento.
Por eso para que él pudiera ser atendido, le exigieron que firmara cierta documentación que, reitero, no teníamos conocimiento hasta el día de hoy. Y tampoco tenemos conocimiento de porqué los federales actuaron de esa forma.
Eso por una parte. La otra: ¿por qué no se ha entablado la denuncia? Repito, Juan Manuel no estaba en condiciones. Él se encuentra aún bajo tratamiento médico. Pero ya comenzamos formalmente esta semana a trabajar y comenzar con los procedimientos jurídicos correspondientes.
¿Cómo se enteró de este caso, abogada?
Abogada: Me enteré por Denuncia Ecatepec, y estuve siguiendo la nota muy de cerca. Nosotros somos una asociación que nos dedicamos a defender causas justas, entonces al ver que esto era una causa demasiado injusta hacia Juan Manuel, yo fui quien ofreció nuestros servicios de forma totalmente gratuita para poder apoyarlo y ver en qué más podíamos colaborar con él y con su familia.
Somos un grupo de abogados presidido por su servidora, preocupados por todas las situaciones que se viven en nuestro país, en el estado de México y primordialmente en Ecatepec. Así fue como nosotros decidimos tomar acciones. Tenemos un lema: es mejor hacer que decir.
¿Cómo has sobrellevado esto, Juan Manuel? ¿Qué piensas a corto, mediano y largo plazo? Que claro, no será fácil, incluyendo el impacto psicológico.
JM. Hace poco discutí con mi familia. Mi necesidad es pararme, comenzar mis responsabilidades. Sí, ellos me apoyan en lo que más pueden, y entiendo que no tienen el tiempo que realmente yo requiero para empezar a moverme. Quería ir a Tizayuca y sacar mis papeles, ver por el bienestar de mis hijos.
Como ya dije, ayer discutimos, se enojaron y me dijeron “eres muy necio y no te puedes parar”. Yo les dije “es que yo no puedo estar así sabiendo que mis hijos no tienen qué comer”; y eso sí me angustia muchísimo. Como le digo a mi hermano, “si realmente uds me quieren, entiéndanme. Porque si yo me siento bien, estaré bien físicamente. Necesito pararme para ver lo del seguro y ver lo poco que tengo en casa para dárselo a mis hijos”. Yo siempre les mandaba su dinero para que se pudieran mantener, pero para mí en estos momentos me es muy difícil y angustiante.
Pero, Juan Manuel, esto te puede traer repercusiones físicas.
JM. Sí, yo lo entiendo. Pero la voluntad por un hijo, y las ganas de verlos bien, el saber que están bien atendidos, supera todo. A veces me dejo de atender yo mismo, porque lo único en que pienso es en mis hijos. No hay noche ni día que no piense si ya comieron.
Por ejemplo, a mi hijo lo atendí desde los dos años, desde el tiempo que me separé fui madre y padre para él. Yo lo llevaba a la escuela, lo bañaba, siempre estuve al pendiente de él; y hace apenas un año se lo entregué a su mamá, porque él así lo quiso. Y en la convivencia del 31 de diciembre él fue a la casa y me llevé una gran sorpresa: mi hijo ya no era el niño que yo había formado. Ya se comportaba diferente, y eso me angustió mucho.
Siento esa impotencia de no poder levantarme y hacer algo por él. Y después me enteré que a mi familia, al ir al seguro, les dijeron que no me pagarían el 100% de los gastos de incapacidad, y eso, a expensas de ver qué sucede.
Pero podría tomarse como accidente de trabajo. así es como debería tratarse.
Abogada. Así es. Él estaba saliendo de su trabajo.
JM. Pero dicen que, como me atendieron en un particular, entonces ahí pierdo los derechos.
J. Nosotros fuimos ayer, y gracias a Dios la empresa a la que él pertenece, está al pendiente. Por esa parte, no tenemos inconveniente. Por tal motivo fuimos al seguro social y nos pedían hasta el acta de defunción para poder atenderlo, imagínese. Así que nos movilizamos por los otros documentos mi esposa y yo, y en trabajo social nos dijeron que sólo cubrirían en 60%. Yo me molesté mucho y les dije que ni siquiera habían visto ni valorado a Juan Manuel, cómo es que estaban procediendo de esa forma.
Juan Manuel, mencionabas que tienes tres hijos, ¿qué haces por ellos?
Un día mi hijo me dijo “tú no me quieres”, y yo le respondí “te la voy a poner así, hijo; te quiero tanto que estoy arriba de una motocicleta arriesgándome, y que detrás de mí va siguiéndome algo que tú no percibes. Se trata de la muerte. Así, desde que yo salgo, estoy exponiendo mi vida. Yo no sé si regresaré, si sucederá algo más y ya no te pueda ver ni abrazar. Eso no lo sé. Yo siempre salgo con la bendición de Dios, tratando de hacer las cosas bien, las cosas correctas; y lo poco que haga, o lo poco o mucho que me lleve de una propina, siempre será para uds”.
Tengo esa necesidad de servir, y siento que no lo puedo dejar. Por eso creo que de ahí viene la bendición de Dios, el que no me haya dejado morir ese día.
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