Un grupo de científicos del Centro de Investigación en Química Aplicada (CIQA) desarrolló empaques plásticos inteligentes amables con el medio ambiente para la conservación de alimentos.
Las envolturas elaboradas por los especialistas contienen nanopartículas que brindan al empaque características “inteligentes” como liberación o adsorción de sustancias hacia o desde la comida, además de etiquetas que cambian de color o forma para saber el estado del alimento, con características antimicrobianas, entre otras.
El coordinador del proyecto, Saúl Sánchez Valdés, dijo que existen diferentes tipos de nanopartículas que otorgan características específicas a los empaques.
“Por ejemplo, nanopartículas que controlan el crecimiento de microorganismos, hongos, bacterias. Otras que impiden el paso de los gases, retardan el paso del oxígeno y el alimento no se oxida”, señaló.
José Alberto Rodríguez González, técnico titular C en el Departamento de Procesos de Transformación de Plásticos del CIQA, indicó que existen distintos tipos de empaques como el tradicional y el inteligente, este último, envase avanzado que permite transpirar al alimento.
“En el caso de algunas frutas es importante estar liberando sustancias que se crean durante el transcurso de maduración para evitar que esto genere que empiece el proceso de descomposición”, sostuvo.
De acuerdo con el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), los investigadores del CIQA trabajan en la elaboración de materiales nanométricos conocidos como nanoarcillas, los cuales tienen como objetivo bloquear gases.
Así como en el desarrollo de películas para empaque, de alimentos cárnicos, con propiedades antimicrobianas, a fin de reducir el riesgo de contaminación con bacterias.
“Las películas se preparan con nanopartículas de plata y, éstas, al entrar en contacto con microorganismos, específicamente bacterias como E. coli, van a reducir la capacidad de multiplicarse y llegan al punto que matan a las bacterias”, explicó Rodríguez González.
En la actualidad, el proyecto se desarrolla a nivel piloto, donde los investigadores han realizado pruebas con carnes y frutas como el chabacano; además de colaborar con la industria panificadora y del sector médico.
Los resultados preliminares arrojaron que, en promedio, estos empaques biodegradables a partir de películas plásticas con nanopartículas alargan la vida de dichos productos en anaquel en 50 por ciento de tiempo.
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