Agencias / MonitorSur, CIUDAD DE MÉXICO .- Participar en unos juegos olímpicos es un privilegio al que pocos pueden acceder. A los Juegos Olímpicos de Tokio fueron un poco más de 11.000 atletas y unos 1.017 regresarán a casa con medallas que los consagrarán como los mejores del planeta
Así que colgarse una medalla olímpica es una enorme proeza. Cada pieza japonesa, fabricada con desechos de artefactos electrónicos como teléfonos móviles, simboliza la diversidad de la vida y representa un mundo en el que las personas que trabajan duro y compiten son recompensadas.
¿Pero qué pasa cuando los deportistas que pasaron 15 días dentro de la burbuja de la fantasía olímpica regresan a sus países de origen?
Algunos llegarán con el pecho lleno de orgullo y serán elogiados por su hazaña deportiva pero no tendrán ni un centavo más en su cuenta bancaria. Otros se sentirán millonarios con las retribuciones financieras establecidas por las legislaciones deportivas de su nación y habrán otros, como los que ya pertenecen a las élites deportivas del fútbol, la natación o el tenis, que sentirán satisfacción por representar a su bandera y confirmarán que no existe nada más lucrativo que los circuitos de deporte profesional.
Los que más pagan
Las compensaciones económicas de los atletas son variadas y muchas veces, arbitrarias.
Un ejemplo claro de la volatilidad de la retribución monetaria obtenida por los deportistas la vivió la levantadora de pesas Chanu Saikhom Mirabai, luego de levantar 202 kg y ganar la plata en la categoría de 49 kilos. Aunque no había un monto establecido para los medallistas olímpicos en India, la halterofilista de 26 años recibirá premios equivalentes a 400.000 dólares estadounidenses al sumar los montos ofrecidos por el ministro de los trabajadores ferroviarios y varios patrocinadores locales.
Otra historia con un final feliz en la disciplina de levantamiento de pesas fue el de Hidilyn Diaz, quien sumará unos dos millones de dólares por establecer un récord olímpico con su levantamiento de 224 kg en los 55 kilos y llevarse el oro para Filipinas.
Esa cifra es una verdadera fortuna para la atleta de 30 años que creció en un hogar de pescadores en un país donde el salario mínimo interprofesional es de unos 11 dólares mensuales, o unos 134 dólares anuales. Al igual que con Chanu, los premios provendrán de fuentes privadas y gubernamentales.
La remuneración de los atletas estadounidenses está más reglamentada y también es mucho más moderada, tomando en cuenta que el salario mínimo es de 7.25 dólares por hora (aunque ya existen medidas legislativas que pronto podrían elevarlo a 15 dólares por cada hora de trabajo.
El Comité Olímpico y Paralímpico de Estados Unidos es el que establece los premios en efectivo de 37.500 dólares por la medalla de oro, 22.500 dólares por la medalla de plata y 15.000 por la de bronce. Antes de las olimpíadas de Río de Janeiro de 2016, los deportistas estadounidenses debían pagar el “impuesto de la victoria” al Tío Sam. Pero el presidente Barack Obama firmó una ley que condona el pago de tributos por sus victorias olímpicas, con la excepción de las superestrellas deportivas que ganen más de un millón de dólares anuales.
El país que parece más generoso con sus medallistas es Singapur, que ofrece un incentivo de 737.000 dólares por el oro, 369.000 por la plata y 184.000 por el bronce. Pero a diferencia de Filipinas, el nivel adquisitivo de Singapur es muy elevado y esos premios no representan sumas exorbitantes. El salario mínimo de un trabajador de la limpieza ronda los 1.000 dólares mensuales.
A pesar del premio en metálico, la cosecha olímpica de Singapur es modesta. Desde su primera participación en los juegos en 1948, luego de independizarse de la corona británica, ha ganado 5 medallas.
Pero su primera medalla de oro fue espectacular, cuando el joven Joseph Schooling estableció un récord olímpico de 50,39 segundos en los 100 metros mariposa, superando al legendario Michael Phelps.
La nación asiática de Kazajstán no ha olvidado los tiempos de la gloria olímpica soviética y anunció a los 96 atletas de las 27 disciplinas que participan en Tokio que pagará 250.000 dólares por el oro, 150.000 dólares por la plata y 75.000 dólares por el bronce.
Desde su independencia en 1991 luego de la disolución soviética, ese inmenso país de unos 18,7 millones de habitantes ha ganado 71 medallas en los juegos de verano y 16 de ellas han sido doradas.
Europa es mucho más austera a la hora de ofrecer premios en metálico, excepto por el Comité Olímpico Italiano. La polémica sobre la elevada inversión de Italia por los atletas “azzurri” siempre ha comenzado por sus uniformes de alta costura, que desde hace años confecciona en exclusiva la casa Armani.
Luego viene el desembolso en efectivo por los olímpicos italianos que se suban al podio: 213.000 dólares por el oro, 106.000 dólares por la plata y 71.000 dólares por el bronce.
A diferencia de otros países como Singapur o Kazajstán, la inversión de dinero público de Italia superará los 5 millones de euros porque enviaron a una numerosa delegación 364 atletas en 28 disciplinas, que ya ha asegurado una veintena de medallas en remo, taekwondo, esgrima, halterofilia, natación, tiro, tiro con arco, ciclismo de ruta y judo.
Los críticos alegan que se trata de sumas excesivas, al compararlas con los 77.000 dólares que ofrece Francia y los 20.000 dólares que paga la rica Alemania. Y ni hablar del caso británico, que no ofrece premios económicos a sus atletas. Los defensores de la generosidad italiana dicen que hay que contextualizar los premios y considerar que la mayoría de los atletas olímpicos no cuentan con los millonarios patrocinios que tienen otros atletas profesionales y que además deben pagar un impuesto del 42% por lo que reciben por sus triunfos deportivos, lo que reduce el premio a casi la mitad.
Los españoles establecen bien las diferencias entre las medallas obtenidas de manera individual, en parejas o en equipos, así que no todas valen lo mismo. En las competencias individuales, una medalla de oro paga 111.000 dólares, la plata unos 57.000 y el bronce a 42.700. Las parejas reciben unos 89.000 dólares por el oro, 44.000 por la plata y 30.000 por el bronce. Y cada integrante de un equipo vencedor recibirá unos 60.000 dólares por el oro, 34.400 por la plata y 21.354 por el bronce.
Los mexicanos no están tan mal
Los atletas mexicanos que logren situarse en el medallero olímpico quedarán en una situación privilegiada en relación a otros deportistas de la región. La Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte (Conade) otorga becas vitalicias para los medallistas olímpicos y paralímpicos, que son acumulativas en caso de los deportistas que obtengan más de una medalla.
Las becas mensuales del Conade para los atletas que ganen el oro son de 654 dólares, 553 dólares la plata y 503 dólares mensuales para el bronce, a lo que hay que deducir el pago de los impuestos.
Adicionalmente, el Gobierno de México ofreció un premio único de 151.000 dólares por la dorada, 100.000 dólares por la plateada y 50.300 dólares por la cobriza.
Esas retribuciones pueden garantizar una vida digna a los medallistas mexicanos, si tomamos en cuenta que el salario mínimo del país es de unos 7 dólares diarios.
Los mexicanos han cosechado 71 medallas olímpicas en su historia deportiva.
Sólo República Dominicana ofrece más dinero que México a sus deportistas victoriosos. El presidente dominicano Luis Abinader autorizó 210.496 dólares para que cada medallista de oro, 140.331 dólares a los medallistas de plata y 105.248 dólares a los medallistas de bronce. La cifra es cuantiosa si tomamos en cuenta que el salario mínimo dominicano es de unos 208 dólares mensuales.
Otro país que pagará una considerable suma a los ganadores de Tokio 2020 será Ecuador, que anunció 100 mil dólares a quien logre medalla de oro, 80 mil dólares a la medalla de plata y 60 mil dólares al merecedor del bronce.
La suma no es nada despreciable para los ecuatorianos, que devengan un salario mínimo mensual de unos 400 dólares mensuales.
Richard Carapaz será el primero en recibir ese significativo premio metálico al llevarse se llevó el oro en ciclismo de ruta, tras pedalear 234 kilómetros en un tiempo de 6:05:26. Pero la recompensa no menguó las críticas del atleta por la falta de apoyo de las autoridades deportivas de su país en su preparación física y su carrera ciclística. “He sido un deportista que he salido casi sin apoyo. El país nunca creyó en mí, esto (la medalla) me pertenece y a las pocas personas que siempre me han apoyado”, dijo Carapaz sin pelos en la lengua.
Chile dijo que ofrecería unos 55 mil dólares a los medallistas de oro, 41.000 dólares a los que traigan la plata y 27.500 dólares a los de bronce. El salario mínimo mensual de Chile ronda los 428 dólares.
La última vez que un chileno se subió al podio fue en Pekín 2008, cuando el tenista Fernando Francisco González ganó la plata en la competencia individual. Ya en Atenas 2004 se llevó la dorada en dobles y el bronce en individual.
Argentina, Colombia, Bolivia, Panamá, Perú, Brasil. y Paraguay también han ofrecido premios por el oro que oscilan entre los 75.000 y 30.000 dólares. Los atletas del resto de Latinoamérica deberán conformarse con el respeto de sus compatriotas y la gloria deportiva.
Con información de la agencia ‘EFE’.
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