Rodulfo Reyes
El vocablo inédito nunca había descrito de manera tan precisa un proceso electoral como el de este año, pues jamás se habían presentado eventos atípicos como los que se están registrando ahora.
Desde 1988 que el PRI, a la sazón partido hegemónico, empezó a enfrentar a una verdadera oposición, sus adversarios siempre lo habían acusado de apoyar al candidato oficial a la gubernatura.
Así, en 1994 que buscó por segunda vez la Quinta Grijalva, Andrés Manuel López Obrador acuñó su famosa frase “hasta una vaca gana”, en referencia a que el Revolucionario Institucional tenía tanto dinero para imponerse en elecciones que no importaba el candidato.
En 2000 ya el desencuentro entre los grupos políticos estaba subido de tono: el empresario David Gustavo Gutiérrez Ruiz y el perredista Raúl Ojeda Zubieta le apodaron al priísta Manuel Andrade Díaz “mozo de estribo” del gobernador saliente Roberto Madrazo Pintado.
También en 2006 se acusó a Andrade de poner la maquinaria a favor de Andrés Granier Melo para, primero, evitar que el madracista Florizel Medina Pereznieto lograse la nominación priísta, y luego para aplastar al opositor Raúl Ojeda.
En 2012 que perdió el poder, el tricolor también fue acusado de apoyar la campaña de Jesús Alí de la Torre en la elección que cayó ante al perredista Arturo Núñez Jiménez.
A grandes rasgos, en esos cinco procesos electorales en los que el PRI conducía la administración, la constante fue la acusación de sus opositores de usar el erario para apuntalar a los abanderados surgidos de sus filas.
Por eso no deja de sorprender que en 2018 esas denuncias hayan cesado, y que los opositores estén viendo a una administración bien portada que no está metiendo el hombro en respaldo del contendiente perredista.
En su papel de principal partido opositor, Morena ha blandido el pañuelo blanco y vive una luna de miel con el régimen perredista. Su candidato Adán Augusto López Hernández no embiste al mandatario Arturo Núñez Jiménez, como lo hizo hasta el año pasado.
De pronto, el instituto de López Obrador le ha extendido un certificado de buena conducta al gobierno, con el plus de abstenerse de criticar los problemas del estado.
El notario público con licencia empezó su campaña a mediados de abril ondeando la bandera de la reconciliación.
No lo dice, pero por sus poros destila amor y paz.
A decir del partido de izquierda, desde que empezó la jornada Núñez no se ha involucrado en el proceso electoral, y ha sido respetuoso de los partidos políticos.
La abanderada del PRI, Georgina Trujillo Zentella, es la única que está señalando el mal momento que padece Tabasco.
La diputada federal con licencia no deja de denunciar los serios problemas que vive el estado, pero sin acometer al jefe del Ejecutivo.
En el fondo, sin embargo, que el gobierno mantenga las manos lejos de los comicios, es un escenario positivo para la entidad, más en estos momentos en que escasean los recursos.
Esperemos que así concluya la jornada.
PARA SU INFORMACIÓN….
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