Agencias / MonitorSur, Ciudad de México.- Para sorpresa de prácticamente nadie –y creo que para el que menos para Bas Lansdorp, su fundador– un tribunal suizo ha declarado en bancarrota a Mars One. Se ve que no sirvió de nada que la comprara una empresa de pagos vía teléfono móvil cuando la cosa ya estaba muy muy chunga.
Mars One era un proyecto irrealizable para la colonización de Marte por parte de la iniciativa privada que iba a hacer su primer lanzamiento con cuatro personas en 2023. Pero nadie sabía muy bien con qué cohetes y naves tripuladas porque nunca llegaron a explicarlo, aunque intentaron hacer colar la idea de que los adquirían en el mercado, a pesar de que no hay ninguna empresa que hoy en día –y mucho menos cuando se anunció la iniciativa– dispusiera de ellas.
Y parecía poco probable que esa idea de financiar todo el invento emitiendo un reality por televisión fuera a funcionar por mucho que las estimaciones fueran de sólo 6,000 millones de dólares para el primer lanzamiento y de 4,000 para los consecutivos: enviar a Curiosity a Marte costó unos 2.500 millones de dólares. Y eso que Curiosity ni come ni respira. Lo de que el viaje a Marte fuera sólo de ida era lo de menos.
Así que allá van los ambiciosos planes de Lansdorp, que por supuesto no han sobrevivido al contacto con la realidad. Y las ilusiones –y el dinero de quienes creyeron en él y pagaron por pasar unas pruebas de selección para poder ir a Marte.
De hecho todo se parecía bastante a un esquema piramidal.
Igual que nunca me creí que Mars One fuera a lanzar nada tampoco creo que los que hayan puesto su dinero en este «negocio» vayan a poder recuperarlo jamás.
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