Agencias / MonitorSur, Ciudad de México.- Los que vivimos en el hemisferio norte no tenemos esa suerte, pero los que habitan la otra mitad pueden salir a la calle en una noche clara y ver, si tienen las condiciones adecuadas, dos nubes luminosas cerca de la Vía Láctea. Son las galaxias enanas conocidas como la Pequeña Nube de Magallanes y la Gran Nube de Magallanes, que giran alrededor de la nuestra y también entre ellas.
Gracias a los datos enviados por el potente telescopio espacial Gaia, de la Agencia Espacial Europea (ESA), que sigue el movimiento de las estrellas en tiempo real, astrónomos de la Universidad de Michigan han descubierto que la región sureste, o “Ala”, de la galaxia más pequeña se está alejando del cuerpo principal, lo que proporciona la primera evidencia de que ambas galaxias colisionaron de forma directa hace unos cientos de millones de años, recientemente en términos cósmicos.
“Es un resultado emocionante”, asegura Sally Oey, autora principal del estudio y profesora en Michigan. “Se puede ver que el Ala es una región separada que se está alejando del resto de la galaxia”.
Los investigadores buscaban estrellas «fuera de control», expulsadas de grupos, dentro de la Pequeña Nube de Magallanes. En concreto, estrellas calientes muy masivas y luminosas, que son bastante raras.
“Es realmente interesante que Gaia obtuviera los movimientos propios de estas estrellas. Estos movimientos contienen todo lo que estamos viendo. Por ejemplo, si observamos a alguien caminando en la cabina de un avión en vuelo, el movimiento que vemos contiene el del avión, así como el movimiento mucho más lento de la persona que camina. Así que eliminamos el movimiento en masa de toda la pequeña nube para aprender más sobre las velocidades de las estrellas individuales», explica Dorigo Jones, coautor del estudio. «Nos interesa la velocidad de las estrellas individuales porque estamos tratando de entender los procesos físicos que ocurren dentro de la nube”.
Al observar las estrellas expulsadas, el equipo también se dio cuenta de que todas las estrellas dentro del Ala se están moviendo en una dirección y velocidad similares. Esto demuestra que las dos Nubes probablemente tuvieron una colisión hace unos cientos de millones de años. Y lo que es más, por las condiciones en las que se encuentra, fue un choque directo.
El equipo predijo hace unos años que una colisión directa causaría que la región del Ala de la Pequeña Nube se movería hacia la Gran Nube, mientras que si las dos galaxias simplemente pasaban una cerca de la otra, las estrellas del Ala se moverían en una dirección perpendicular. Sin embargo, el Ala se está alejando hacia la Gran Nube, confirmando que ocurrió una colisión directa.
“A todo el mundo le encanta maravillarse con las imágenes de galaxias y nebulosas que están increíblemente lejos. Sin embargo, la Pequeña Nube está tan cerca de nosotros que podemos ver su belleza en el cielo nocturno a simple vista. Este hecho, junto con los datos de Gaia, nos permite analizar los movimientos complejos de las estrellas en su interior e incluso determinar los factores de su evolución”, resume Jones.
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