Agencias / MonitorSur, Ciudad de México.- Su cuerpo acorazado es seguramente lo que más caracteriza a los anquilosáuridos, un tipo de dinosaurios originarios de Asia hace entre 125 y 100 millones de años y que vivieron también en Norteamérica hace unos 77 millones de años. Hasta ahora, todas las especies halladas en el continente americano presentaban además una morfología craneal peculiar con una armadura lisa.
Sin embargo, la nueva especie hallada en Utah –llamada Akainacephalus johnsoni, en honor al voluntario del Museo de Historia Natural de Utah, Randy Johnson, que preparó su cráneo– muestra una coraza puntiaguda también en la cabeza, más similar a los anquilosaurios asiáticos. Esta es la principal conclusión de un estudio publicado hoy en la revista PeerJ, en el que los científicos han tardado casi cuatro años en preparar los huesos del dinosaurio.
Akainacephalus, que vivió hace 76 millones de años durante el Cretácico superior y pudo medir hasta cinco metros de largo, ofrece el esqueleto más completo de un dinosaurio anquilosaurido encontrado en el suroeste de EE UU: un cráneo completo, gran parte de la columna vertebral y una rabadilla completa, varios elementos de extremidades anteriores y posteriores, y una armadura de cuerpo huesudo que incluye dos anillos en el cuello y placas de armadura con púas.
Es justamente la disposición única de la armadura ósea en forma de pequeños conos y pirámides que cubren el hocico y la cabeza la característica más llamativa de este anquilosaurio. Este rasgo lo relacionaría más con los asiáticos Saichania y Tarchia que con los americanos Ankylosaurus y Euoplocephalus.
Akainacephalus vagaba por la parte sur de Laramidia, una isla continente que se situaba en la costa occidental de un mar poco profundo que dividió América del Norte en dos. Esto causó el aislamiento entre las partes occidental y oriental del continente norteamericano hace entre 95 y 70 millones de años atrás.
Según la autor principal, Jelle Wiersma, científica en ese momento en la Universidad de Utah, la distribución geográfica de los anquilosaurios fue el resultado de varios descensos del nivel del mar que permitió a los asiáticos emigrar a América del Norte varias veces durante el Cretácico superior.
Esto provocó la presencia de dos grupos separados de dinosaurios anquilosaurios. Esta disminución del nivel del mar dejó al descubierto el puente terrestre de Beringia, permitiendo que los dinosaurios y otros animales se movieran entre Asia y América del Norte.
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