Agencias, Ciudad de México.- Un encuentro fortuito de la misión Solar Orbiter de la ESA con la cola de un cometa desintegrado ha ofrecido a los científicos una oportunidad única para estudiar estas estructuras notables.
El cometa ATLAS se fragmentó justo antes de su aproximación más cercana al Sol el año pasado, dejando su antigua cola arrastrándose por el espacio en forma de tenues nubes de polvo y partículas cargadas. La desintegración fue observada por el telescopio espacial Hubble en abril de 2020, pero más recientemente la nave espacial de la ESA Solar Orbiter ha volado cerca de los restos de la cola en el curso de su misión en curso.
Este afortunado encuentro ha brindado a los investigadores una oportunidad única de investigar la estructura de una cola cometaria aislada. Utilizando mediciones combinadas de todos los instrumentos in situ de Solar Orbiter, los científicos han reconstruido el encuentro con la cola de ATLAS. El modelo resultante indica que el campo magnético interplanetario ambiental transportado por el viento solar “cubre” el cometa y rodea una región central de la cola con un campo magnético más débil.
Los cometas se caracterizan típicamente por dos colas separadas; una es la conocida cola de polvo brillante y curvada, la otra, típicamente más tenue, es la cola de iones. La cola de iones se origina a partir de la interacción entre el gas cometario y el viento solar circundante, el gas caliente de partículas cargadas que sopla constantemente desde el Sol e impregna todo el Sistema Solar.
Cuando el viento solar interactúa con un obstáculo sólido, como un cometa, se cree que su campo magnético se dobla y “envuelve” a su alrededor. La presencia simultánea de campos magnéticos e iones cometarios liberados por la fusión del núcleo helado produce la característica segunda cola de iones, que puede extenderse a grandes distancias corriente abajo del núcleo del cometa.
Lorenzo Matteini, físico solar del Imperial College de Londres y líder del trabajo, dice en un comunicado: “Este es un evento único y una oportunidad emocionante para que estudiemos la composición y estructura de las colas de los cometas con un detalle sin precedentes. Es de esperar que con la sonda solar Parker y el orbitador solar orbitando el Sol más cerca que nunca, estos eventos pueden volverse mucho más comunes en el futuro “.
Esta es la primera detección de cola de cometa que ocurre tan cerca del Sol, dentro de la órbita de Venus. También es uno de los pocos casos en los que los científicos han podido realizar mediciones directas a partir de un cometa fragmentado. Se espera que los datos de este encuentro contribuyan enormemente a nuestra comprensión de la interacción de los cometas con el viento solar y la estructura y formación de sus colas de iones.
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