Agencias
Caracas, Venezuela, 31 mayo 2017.-La revelación de las delaciones de ejecutivos de Odebrecht en las que revelan pagos ilícitos en el exterior, que aún están bajo sigilo y comienzan a ser enviadas esta semana a otros países, agitarán a la ya convulsa política venezolana.
El diario brasileño Valor Económico filtró información de que el gobernador del estado Miranda y principal líder de la oposición al chavismo, Henrique Capriles, es citado en las delaciones y habría recibido donaciones ilegales a su campaña presidencial en el 2012. Aquel año, Capriles obtuvo 44% de los votos y perdió contra Hugo Chávez, que fue reelegido y murió cinco meses después.
El exdirector de Odebrecht en Caracas, el ejecutivo Euzenando Azevedo, contó en su colaboración premiada que transfirió dinero fuera de la contabilidad oficial a Capriles para ayudarlo en la campaña, como una forma de no depositar todos los huevos de la empresa en una única cesta.
Chávez era el mayor destinatario de recursos ilegales pagados por Odebrecht en Venezuela y continuaría siendo el preferido de la constructora, según el delator. Azevedo era considerado un interlocutor de confianza del expresidente y gozaba de acceso privilegiado al Palacio de Miraflores, sede del gobierno venezolano. Al contrario de elecciones anteriores, él consideró que Capriles tenía oportunidad de ganar la del 2012, lo que hizo preciso crear un canal de diálogo con el opositor para contrarrestar la imagen de que la empresa era muy cercana al chavismo. Para abrir ese canal, se creó la caja dos.
Lo que se sucedió a partir de ahí, podría ser el guión de una película policial. El servicio bolivariano de inteligencia descubrió las donaciones hechas por Odebrecht, y Nicolás Maduro, entonces ministro de Relaciones Exteriores, amenazó con cancelar los contratos de la empresa en el país. La constructora había conseguido obras de gran tamaño, como las líneas de metro en Caracas, y tenía en Venezuela a su principal fuente de ingresos en el exterior.
Preocupado con el futuro de los negocios en Venezuela, el propio Marcelo Odebrecht ofreció disculpas a Maduro y dijo que las aportaciones a la campaña de Capriles habían sido fruto de una decisión del exdirector, sin el consentimiento de la cúpula de la empresa en Brasil. Azevedo fue “invitado” a dejar el puesto en Caracas y volvió São Paulo.
Gracias a ese movimiento, los contratos de Odebrecht se mantuvieron, pero no escapó a las represalias. Antes prácticamente libre de la retención de dólares en Venezuela, el grupo pasó a enfrentar retraso creciente en los pagos del gobierno para sus obras desde aquel episodio. La deuda alcanzó los 1,000 millones de dólares y después se redujo, pero los pagos nunca volvieron al flujo normal.
El Ministerio Público Federal de Brasil (MPF) comenzará a enviar, a partir del 1 de junio, el contenido de las delaciones a diez países —que incluyen a Venezuela— que investigan los desvíos cometidos por Odebrecht y que pidieron la cooperación jurídica a Brasil. Mañana vence una cláusula de confidencialidad en los acuerdos de colaboración con ejecutivos de la empresa, que fueron firmados el 1 de diciembre del 2016 y tenían seis meses de vigencia.
Una de las justificaciones formales para ese plazo era permitir que Odebrecht pudiera llegar a acuerdos de indulgencia en los países donde pagó sobornos. Odebrecht logró convenios con República Dominicana y hay negociaciones bien encaminadas con Perú y Ecuador. Otra razón —no oficial— para el sigilo temporal fue no entorpecer el proceso de repatriación de los delatores y de sus familiares. Se consideró que, al señalar a políticos importantes en las delaciones, pondrían en riesgo la propia integridad física y necesitaban retornar a Brasil.
El envío de información no significa la ruptura del sigilo, ni en Brasil ni en el exterior. El Procurador General de Brasil, Rodrigo Janot, solicitó al Supremo Tribunal Federal (STF) la preservación de la confidencialidad en torno a las pruebas sobre hechos ocurridos en el exterior.
“La aprobación de ese pedido garantizará que, aún a partir del 1 de junio, cuando será posible el reparto de pruebas […], en la forma del acuerdo celebrado con los colaboradores, no habrá la divulgación pública del contenido de esa parte de la colaboración y, consecuentemente, se evitarán eventuales perjuicios a la investigación que ocurre eventualmente sobre el tema en el Ministerio Público comandado por Vuestra Excelencia”, dijo Janot en un oficio enviado a sus homólogos extranjeros la semana pasada.
Una vez enviada la información a los países solicitantes, los investigadores brasileños no tienen ningún control sobre fugas o divulgación pública de los materiales enviados. En el caso de Venezuela, según fuentes oficiales del MPF, hay reiteradas demostraciones de interés de los procuradores en tener acceso al contenido de las delaciones. Brasilia y Caracas no poseen acuerdo bilateral en materia penal, pero la transferencia puede ser hecha con base en tratados multilaterales, como la Convención de Mérida.
Una ONG venezolana vinculada al chavismo ya había pedido al Ministerio Público venezolano, en febrero, el bloqueo de bienes y la prisión de Capriles por supuestamente haber recibido 3 millones de dólares en sobornos de Odebrecht. Días antes, Maduro afirmó que “un gobernador recibió dinero de la Odebrecht y va a ser prendido”. Aún sin que su nombre hubiera sido mencionado, Capriles rebatió las declaraciones de Maduro y dijo que nunca firmó contratos de obras públicas con la constructora brasileña. “No voy a ser chivo expiatorio”, dijo el opositor, devolviendo las acusaciones a los chavistas.
Maduro ya había sido implicado por la delación de la empresaria Mônica Moura, mujer del publicista João Santana, que relató haber recibido recursos de la caja dos de las manos del entonces canciller del gobierno de Chávez “casi semanalmente” y en “maletas de dinero”. Las entregas habrían ocurrido en el 2012 y habrían servido para pagar la publicidad de la campaña, hecha por la pareja. Mônica dijo que Odebrecht y Andrade Gutierrez eran las mayores fuentes de los recursos. El pago total habría alcanzado los 11 millones de dólares.
“Maduro me entregaba dinero en la propia cancillería, allá en el edificio de la Cancillería, a veces en el Palacio de Miraflores”, dijo Mônica en su delación. Según ella, para dar protección a la empresaria, el hoy presidente mandaba a buscarla en un “coche blindado, un auto negro, como aquellas camionetas de roquero americano, funkeiro o rapero americano, con dos coches más, uno en el frente y otro atrás, y me llevaban a la cancillería, entraba por el garaje y los guardias de seguridad subían conmigo a su sala y yo le esperaba ahí”, añadió.
Los asesores de Capriles y del presidente venezolano buscadas por Valor Económico no respondieron a los pedidos de comentarios sobre el tema del reportaje. Odebrecht informó que no comenta sobre delaciones específicas y declaró que mantiene su compromiso de colaborar con las autoridades de los países involucrados.
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