La patente, registrada en la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (WIPO, por sus siglas en inglés), se compone de un sistema con el que la compañía trata de frenar la problemática con los ‘bots’ y los jugadores que demuestren comportamientos tramposos. El objetivo es facilitar el correcto desarrollo interactivo del videojuego y que los usuarios puedan participar en él sin problemas.

En concreto, el sistema diseñado se basa en un algoritmo de agrupamiento que descubre “comportamientos emergentes en agentes interactivos en entornos interactivos”. Este algoritmo opera en juegos multijugador basándose en el aprendizaje automático y, de esta forma, estudia el comportamiento de los usuarios y los agrupa en función de las similitudes de su conducta. Así, se crean distintas categorías de comportamiento.

En este sentido, el juego juntará a cada usuario con otros jugadores que actúen de forma similar y reaccionará en base a su conducta. No obstante, según se explica en la patente, el sistema continúa analizando los comportamientos de los usuarios y, si detecta cualquier cambio, reestructura o produce cambios en los conjuntos agrupados, “en tiempo casi real”.

EA estudia con esta patente la implementación de dicho sistema y conseguir así revelar comportamientos repetitivos o usuarios que aprovechan fallos momentáneos del videojuego para aprovechar la situación. Con esta inteligencia artificial, el propio juego detecta estas circunstancias y se adapta en consecuencia.