Agencias / MonitorSur, CIUDAD DE MÉXICO .- En los años ’90 del siglo pasado surgió en España un programa de televisión destinado a cambiar para siempre la forma en que los aficionados veían el fútbol. A pesar del error gramatical en su título, El Día Después se convirtió en una referencia y encumbró la figura de su presentador, Michael Robinson, antiguo futbolista profesional de nacionalidad inglesa que se asentó en nuestro país tras terminar su carrera deportiva en Osasuna. Porque este espacio, llamado así por tener su hueco en la parrilla de Canal+ los lunes tras cada jornada de Liga, fue mucho más allá de emitir resúmenes de partidos y, si acaso, debatir sobre jugadas polémicas; sus reportajes, sus análisis tácticos, su atención al detalle y, sobre todo, trasladar la mirada no solo al césped sino también a todo lo de alrededor supusieron una revolución absoluta para los espectadores de la época.
Aunque todavía existe, ya no es el mismo formato innovador de hace tres décadas. Entre otras cosas, porque lo que hay ahora es una refundación surgida en 2009; el original dejó las pantallas allá por 2005. Además, estamos en tiempos y entornos distintos: en aquella época la televisión era el medio de comunicación masivo por excelencia, mientras que en la actualidad, aunque la caja tonta sigue siendo importante, internet nos ofrece una variedad inmensa de alternativas.
Todo el mundo intenta dar con la fórmula que replique el éxito que tuvo aquello. Entre los que parece que podrían conseguirlo, los que quizás lleguen a convertirse en El Día Después de la década actual, hay que mencionar a Mister Underdog. Este canal es uno de los más populares de su temática en YouTube, donde cuenta con más de 46.000 suscriptores y algunos de sus vídeos superan las 81.000 reproducciones.
El periodista Miguel Quintana presenta un programa de algo menos de dos horas de duración que se emite en directo desde el teatro Luchana de Madrid todos los lunes y también los jueves si ha habido jornada de Champions esa semana, aunque entre medias graban píldoras más cortas sobre temas concretos. Entre los miembros del equipo hay personajes de renombre como Alberto Edjogo-Owono, antiguo futbolista natural de Sabadell e internacional por Guinea Ecuatorial que, tras su retirada, se ha convertido en comentarista para medios como Radio Marca o Gol Televisión. Pero si algo llama la atención a primera vista es el nombre tan, en teoría, poco futbolero que le han puesto.
Sin embargo, Mister Underdog tiene sentido. Si tu inglés va justito, de andar por casa y si acaso pedir un par de beers en un pub cuando viajes a Londres, puede que no entiendas la idea tras esta palabra tan peculiar. ¿El perro que está debajo? No: los diccionarios la traducen como “desamparado” o “desvalido”. En el contexto del deporte, el underdog es el candidato que, en principio, es claramente inferior a sus rivales y, por tanto, tiene menos probabilidades de triunfar. Cuando un underdog gana, como el Leicester de 2016 o la selección griega de 2004, la sorpresa es mayúscula y, en el fondo, todos los espectadores imparciales nos llevamos una pequeña alegría.
El mundo underdog, por tanto, va más allá de los protagonistas que acaparan a menudo la actualidad futbolística. No en vano el vídeo más popular del canal hace un listado de los futbolistas más sobrevalorados (con menciones a gente como David Luiz, Olivier Giroud o Saúl Ñíguez)…
…y el segundo más visto, precisamente, se centra en los infravalorados.
Por supuesto, eso no significa que rehúyan la noticia del momento. Sin ir más lejos, uno de los contenidos más vistos fue el programa en el que, entre muchas otras cosas, se dedicaron a hablar del Barçagate, el conflicto que acabó con la salida de Josep Maria Bartomeu de la presidencia del club azulgrana. Tampoco escapan de temas polémicos como las convocatorias de la selección de Luis Enrique o la situación del Atlético de Madrid bajo el mando de Simeone.
Es sorprendente que Mister Underdog se caracterice por su estructura relativamente sencilla. En el fondo, los 100 minutos largos que dura cada edición consisten básicamente (pero no solo) en una charla en la que los distintos colaboradores van dando su opinión sobre los asuntos que van saliendo; eso sí, no se trata de meras divagaciones sin criterio, sino que hay un guion preestablecido, el trabajo de documentación oportuno y una división en secciones que le da coherencia al conjunto. En esencia, se asemeja mucho a los podcasts que cada vez van ganando mayor popularidad entre las nuevas formas de consumo de contenidos, solo que en este caso no se trata solo de sonido, sino que hay imagen. No muy compleja, planos de los distintos intervinientes y si acaso algún grafismo en momentos puntuales para apoyar alguna explicación, pero imagen al fin y al cabo.
Lo que convierte a este programa en algo tan llamativo, casi revolucionario en los tiempos que corren, es que se trata precisamente de eso: una conversación entre amigos. No se alza la voz, no se busca la crispación gratuita, no se generan escenas desagradables ni se desata el lado hooligan ni de los participantes ni del espectador. Esto, a su vez, permite que, manteniendo el tono distendido y entretenido, se alcance un gran nivel de profundidad en los temas tratados. Sin ir más lejos, Edjogo-Owono aporta análisis tácticos detallados que recuerdan mucho a los que hiciera Michael Robinson en El Día Después, solo que en lugar de usar una maqueta del viejo estadio de Atocha moviendo fichas, lo muestra directamente en pantalla.
Otra muestra es la tarea de Adrián Blanco, encargado de labores de scouting, es decir, informes sobre futbolistas talentosos y menos conocidos por el gran público. En definitiva, como decía aquella vieja máxima que enseñan en las facultades de comunicación, el público se informa, se entretiene, y de paso aprende. Es decir, que trata a la audiencia como seres humanos adultos y razonables. Cualquiera que vea según qué tertulias sabe que este concepto, que debería ser obvio, no lo es tanto.
Y además, son gente joven. Ninguno de los integrantes del equipo llega a los 40 años. Eso quiere decir que conocen perfectamente no solo el funcionamiento de internet y el método más eficaz para hacer llegar su trabajo, sino que además se expresan en consonancia con los códigos vigentes. No es el estilo rancio de los periodistas estrella que todos conocemos y de los que, si el público más veterano ya empieza a hartarse, a los de menos edad quizás hasta les parezca que hablan en otro idioma. En esto destaca la figura de uno de sus colaboradores, Darío Eme Hache, cómico muy célebre en la red gracias a varios vídeos virales, que traslada al mundo del fútbol referencias del universo de las redes sociales que, probablemente, en un modelo de programa más tradicional no tendrían cabida.
La difusión a través de internet no deja de ser, por ahora, minoritaria frente a los medios de comunicación “clásicos”. Pero no hay investigador que no recuerde que la tendencia está variando, en especial entre el público joven que busca nuevas fórmulas porque siente que las tradicionales no se adaptan a sus demandas. En este sentido, Mister Underdog es un proyecto con potencial para ayudar a cambiar, tanto en la forma como en el fondo, la manera en que accedemos a la información futbolística. Justo como hicieron años atrás Robinson y compañía.
Con información de la agencia ‘EFE’.
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