Agencias / MonitorSur, CIUDAD DE MÉXICO .- Sky Rojo, la nueva serie de Álex Pina (La casa de papel, White lines), es capaz de dividir opiniones entre quienes la adoran o detestan -como suelen ocurrir con todas sus series para Netflix- sin embargo, hay alguien que no ha dejado a nadie indiferente. Les hablo de Lali Espósito, una estrella de teatro, cine y televisión argentina que con 29 años amasa una carrera como ídolo pop desde hace varios años por Latinoamérica.
Y ahora da el salto mundial con el papel más llamativo de la nueva apuesta de Netflix.
Sky Rojo es una serie de consumo rápido, de esas que se ven en poco tiempo pero que causan impacto, ya sea para bien o para mal según el gusto de cada uno (la primera temporada dura unas 4 horas dado que cada capítulo dura 25 minutos). Es una apuesta superficialmente rápida y trepidante, sobre tres prostitutas que escapan de su proxeneta. Son perseguidas y machadas en el camino, empoderándose en la idea de la libertad para volver en busca de venganza. Y si bien alberga momentos brutales sobre la realidad de la prostitución forzada, la serie escapa del drama social al adornarse con acción adrenalínica y unos villanos de malicia extrema caricaturesca.
Sin embargo, por mucho que Verónica Sánchez, Miguel Ángel Silvestre o el último chico Almodóvar, Asier Etxeandia, se esfuercen por dejar huella con sus papeles; cada vez que Lali aparece en escena consigue robarles todo el protagonismo. Es como si tuviera un imán especial para atraer al lente de la cámara. Pero, en realidad, lo que tiene es el personaje más carismático de las tres protagonistas y muchos años de experiencia triunfando desde pequeña.
En mi caso conocía la figura de Lali Espósito habiendo nacido en Argentina, viéndola frecuentemente en televisión o siendo noticia (sobre todo por su vida personal) cada vez que voy de visita. Y aunque le perdí el rastro hace un tiempo, sentía curiosidad por ver cómo desempeñaba su labor en su primer trabajo como actriz internacional. De esta manera, y aunque no pertenezco al público habitual de las series de Álex Pina (es más, confieso que no comprendo el éxito de La casa de papel), opté por dedicarle mi tiempo a los ocho episodios por pura curiosidad de verla en acción.
Y reconozco que me llevé una grata sorpresa viéndola convertirse en el alma dramática y humana entre tantas secuencias brutales, pero aun más me sorprendí al ver cómo las redes sociales demostraban que el público la recibía con los brazos abiertos. Es decir, cada vez que entraba a Twitter en busca de reacciones a lo largo de su primer fin de semana en Netflix, me topaba con un sinfín de tuits dedicados a ella.
Pero ¿quién es Lali Espósito? Si bien existe una generación que llegó a conocerla en España, es muy reducida si la comparamos con la exposición global que supone el estar en una serie de Netflix. Lali nació en Buenos Aires un 10 de octubre de 1991 y comenzó su carrera como actriz con 12 años en una telenovela infantil titulada Rincón de luz, la misma que sirvió de spin-off a un éxito anterior del país como fue Chiquititas. Continuó escalando posiciones en otras series similares como Floricienta y Chiquititas sin fin, y fue a los 16 cuando se convirtió en fenómeno adolescente a raíz de ser protagonista de Casi ángeles, una serie juvenil emitida entre 2007 y 2010 que la llevó a los escenarios teatrales argentinos y a viajar por diferentes rincones del mundo. Gracias a esta serie comenzó una carrera paralela en el mundo de la música como integrante de una banda pop llamada Teen Angels, repitiendo la moda que marcó Rebelde Way y su remake mexicano.
El éxito fue tal que hizo temporadas teatrales, lanzaron cinco álbumes de estudio e hicieron giras por Argentina, otros países de Latinoamérica y hasta Israel, donde la seria fue todo un bombazo. Y desde entonces su éxito no hizo más que crecer. Ya de adulta protagonizó telenovelas del prime time, fue noticia nacional por sus relaciones amorosas, hizo teatro constantemente y en 2013 se lanzó a una carrera como solista consiguiendo discos de oro en su país, llenando salas de concierto en Argentina, Perú, Italia e Israel. En total, cuenta con cuatro discos publicados como solista, el último en 2020.
La prueba de su fenómeno musical es que fue telonera de artistas como Katy Perry o Fifth Harmony, ha lanzado canciones junto a Abraham Mateo, ha colaborado con Ricky Martin y Thalía, pasó por el Rock in Rio en Brasil, entre otros logros. Su Instagram suma más de 8.3 millones de seguidores y en Tik Tok arrasa con cada baile. Y todo esto es la base del fenómeno que ahora se traslada a Netflix.
Si hay algo que destaca en Lali Espósito como artista en general, es su cercanía con el público y la prensa de su país. Siempre se ha mostrado natural y honesta en sus entrevistas, ha formado parte de causas sociales, tanto económicas como sociales y medioambientales sin repetir discursos políticos, y habla con una naturalidad poco habitual. Y esa misma naturalidad fue lo que impregnó a Wendy en Sky Rojo, un personaje abatido por la traición de una novia egoísta; desesperanzado por el mundo carcelario en el que vive; pero con algunos de los momentos más emotivos y personales de la serie. Porque mientras Verónica Sánchez interpreta a una prostituta adicta con la que cuesta empatizar del todo por un juego ambiguo que no queda muy claro, y Yani Prado da vida a una joven cubana inocente, Lali es la que aporta un grano de verdad a una historia adornada en exceso.
Porque, como me esperaba de Álex Pina, Sky Rojo es una serie que vuelve a pecar de una estructura superficial que busca primero el impacto visual, para dejar el desarrollo dramático para último momento. Y para conseguirlo hacen homenaje a la estética visual de Quentin Tarantino, que más que homenaje a veces parece una copia calcada de películas como Pulp Fiction, Kill Bill y sobre todo, Death Proof.
Netflix sabía que podía trasladar la lalimanía a otros territorios. Lo dejó claro al ser la estrella elegida como rostro promocional principal de la serie en España, llevándola a El Hormiguero junto a Miguel Ángel Silvestre y poblando sus redes con imágenes de ella. Aunque, en realidad, la serie tenga tres protagonistas.
La lalimanía parece haber llegado a España y si buscamos la series en rede sociales encontramos que la mayoría de resultados son GIFs y tuits de apreciación dedicados únicamente a ella. Actualmente Lali tiene previsto ser jurado de La Voz Argentina, aunque su regreso como Wendy está prácticamente confirmado. El final de la serie deja el camino abierto para una continuación y Álex Pina tiene previsto estrenar una segunda temporada con 8 episodios más. Cuándo, aún no se sabe.
Con información de la agencia ‘EFE’.
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