Agencia / MonitorSur / Ciudad de México.- Los normalistas desaparecidos en Iguala, Guerrero, a manos de la policía municipal en colusión con el crimen organizado, no fueron incinerados en el basurero de Cocula, concluyó el Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI) dispuesto por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) para el caso Ayotzinapa.
Con ello quedó desestimada la “verdad histórica” que el ex procurador General de la República, Jesús Murillo Karam, sostuvo acerca de los hechos registrados el 26 y 27 de septiembre de 2014 en Iguala, Guerrero, cuando —según la conclusión de Murillo— los 43 estudiantes fueron asesinados por el grupo de narcotraficantes de Guerreros Unidos y sus cadáveres incinerados en el basurero municipal de Cocula.
El GIEI evidenció también que uno de los choferes sobrevivientes detalló que fue llevado a una casa de seguridad en el centro de Iguala por un policía estatal y presentado ante un hombre que dirigía el operativo o bien tomaba decisiones de qué hacer con los detenidos.
“Dicho modus operandi señala una estructura de mando, con coordinación operativa. También este testimonio sugiere que la decisión de qué hacer con los choferes de los autobuses, detenidos con los normalistas posteriormente desaparecidos, no estaba tomada en ese momento y que el objetivo de la acción no se dirigía contra ellos sino contra los normalistas (porque los choferes fueron liberados)”, advierten los expertos.
El basurero de Cocula
A principios de año, el entonces procurador sostuvo la versión de que los jóvenes fueron incinerados en el basurero de Cocula, esto con base en las declaraciones ministeriales de Felipe Rodríguez Salgado El Cepillo, otros detenidos y fotografías aéreas e información de peritajes realizados por expertos de la PGR e investigadores de la UNAM.
Ayer, en conferencia por las primeras conclusiones de su investigación de seis meses, el GIEI afirmó que “los muchachos no fueron incinerados en el basurero de Cocula”.
Francisco Cox, uno de los cinco expertos internacionales, explicó que para realizar una valoración técnica del caso y de las acciones llevadas a cabo en la investigación de la hipótesis del basurero, el GIEI pidió un peritaje independiente al doctor José Torero, realizado el 12 julio y cuyas pruebas fueron examinadas por la Universidad de Queensland.
El trabajo del doctor en Ciencias del Fuego concluyó que no existe ninguna evidencia que apoye la hipótesis generada en base a testimonios de que 43 cuerpos fueron cremados en dicho basurero.
De acuerdo con la pesquisa “no hubo incendio suficiente ni para quemar a una persona”, reportó Francisco Cox. Puntualizó que el terreno mostraba rastros de incendios anteriores pero espontáneos y de pequeña magnitud.
Las evidencias del especialista revelan que es imposible establecer si los fuegos ocurridos en el basurero municipal de Cocula fueron de dimensiones suficientes para la incineración de uno o más cuerpos, pero no hay ninguna evidencia que indique la presencia de un fuego de la magnitud de una pira para la cremación de inclusive un solo cuerpo.
Tampoco existe evidencia alguna que muestre que la carga combustible necesaria para la cremación de cuerpos haya estado en algún momento disponible en las cercanías del basurero municipal de Cocula. A su vez, los testimonios indican eventos que no son posibles, dadas las condiciones generadas para lo que sería el fuego mínimo necesario para la cremación de 43 cuerpos.
El peritaje de Torero exhibió las limitaciones científicas y técnicas que tuvieron los estudios realizados por la PGR, por lo que sus conclusiones fueron en su mayoría erradas y en muchos casos no emergen de la evidencia material y de su posible interpretación.
Por lo anterior, el GIEI recomendó a la PGR reestructurar la investigación.
Ángela Buitrago y Claudia Paz y Paz, integrantes del GIEI, detallaron que los normalistas no intentaban boicotear el informe de la entonces titular del DIF local, María de los Ángeles Pineda.
Asimismo, la investigación exhibe que desde las 5:59 de la tarde, a través de un sistema de información de diferentes fuerzas que opera en Iguala conocido como C-4, cuando los normalistas se dirigían a las afueras de Iguala vigilaron sus actividades, por lo que no fueron confundidos con ningún grupo de la delincuencia organizada.
Con información de “EL ECONOMISTA”
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