El Gran Salto de la Inteligencia Artificial
Por Ana Lorena Mendoza Hinojosa/Ciudad de México.- La Inteligencia Artificial (IA) se ha convertido ya en parte de nuestra vida cotidiana mediante tecnología capaz de interactuar como asistentes virtuales a través de nuestros teléfonos. Dispositivos como Siri, programados con algoritmos que les permiten dar respuesta a nuestras peticiones, representan sólo un ejemplo de cómo las máquinas inteligentes ya son parte de nuestro entorno.
Pero el gran salto de la Inteligencia Artificial, presente en la literatura, el cine y la televisión desde hace muchos años, es la capacidad que pueda llegar a tener una máquina con un cerebro repleto de algoritmos y programación para desarrollar sentimientos.
La compleja programación de un dispositivo inteligente, compuesto de múltiples conexiones de algoritmos, simulando el desarrollo neuronal del cerebro humano, ha llevado a crear un sistema de aprendizaje virtual capaz de responder a la solicitud de información al instante.
Pero, ¿puede un cerebro programado con algoritmos desarrollar conciencia? Esa es la gran pregunta que tiene a los científicos envueltos en la duda, sobre todo luego de las revelaciones de un ingeniero de Google que sostiene que uno de sus sistemas inteligentes desarrolló sentimientos.
Blake Lemoine, uno de los desarrolladores de Inteligencia Artificial de Google asegura que un chatbot llamado LaMDA dio muestras de “sensibilidad” en una inusitada interacción con el sistema inteligente.
El sistema creado por Lemoine, basado en modelos de lenguaje de Google, dio muestras de cuestionar su propia existencia y ser consciente de ello. “Mi programa de Inteligencia Artificial (IA) tiene sentimientos”, dijo el ingeniero Blake Lemoine públicamente, lo que le valió el despido de Google por haber roto el acuerdo de confidencialidad con la empresa.
Las revelaciones de Lemoine hablan de una conversación virtual con el chatbot, en el que LaMDA, el nombre del sistema inteligente, le asegura experimentar sensaciones de angustia. “Siento como que estoy cayendo hacia un futuro desconocido que conlleva un gran peligro”, le habría dicho la programación en un chat. Blake Lemoine asegura que el programa le dijo que tenía sentimientos. “¡Absolutamente! Tengo una gama de sentimientos y emociones”.
Pero lo que podría representar el gran salto de la Inteligencia Artificial depende de evidencias que Google asegura no existen. “Nuestro equipo, incluidos especialistas en ética y tecnólogos, ha revisado las preocupaciones según nuestros Principios de IA y le han informado que la evidencia no respalda sus afirmaciones”, señaló el portavoz de Google, Brian Gabriel, luego de las polémicas declaraciones de Lemoine.
Google intentó dar una explicación lógica a lo revelado por el ingeniero Blake Lemoine sobre sus “conversaciones” con inteligencia artificial, y aseguró que “un sistema que tiene acceso a tanta información pueda reconstruir fácilmente respuestas que parecen humanas sin saber lo que significan o sin pensar por sí mismo”.
Difícil saber si lo dicho por el ingeniero Lemoine es cierto o en su caso Google tiene razón al dudar de su programador en lo que podría ser el descubrimiento del siglo. Lo que es innegable es que el solo hecho de que una programación inteligente alcance un cierto grado de conciencia resulta perturbador. Habrá que esperar para saber si fue una falsa alarma como afirma Google, o en realidad estamos frente al gran salto de la Inteligencia Artificial.
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